Bruselas, la condición de la condición
Fecha: 27 Abr 2021
Tribuna de opinión de la Vicesecretaria General de UGT, Cristina Antoñanzas, en "Público"
Llegan, en oleadas, las informaciones sobre las condiciones que la Comisión Europea ha impuesto a España sobre los fondos del programa Next Generation Europe (NGEU) por el que el Gobierno pondrá a disposición de España cerca de 140.000 millones de euros en los próximos años
Vivimos las secuencias de estos fondos, aprobados el pasado año, como si sobre España pendiera una permanente espada de Damocles, como si desde Bruselas se hubiera fijado la agenda de reformas, y su orientación, en la misma y fracasada línea que se estableció para intentar resolver la crisis de 2008 a 2013, culpable en gran parte de muchos de los déficits con los que hemos llegado a esta nueva crisis. Veáse, por ejemplo, cómo los recortes en los servicios públicos y protección social de entonces han debilitado las estructuras públicas para hacer frente hacer frente a la pandemia de hoy.
Parece que a ciertos grupos de presión les hubiera gustado más incidir en aquellas políticas de austeridad de las que más de un representante de la UE ha renegado, el propio Jean Claude Juncker, ex presidente de la Comisión Europea, lo llegó a calificar como "el mayor error europeo".
En esta ocasión, la Comisión no impone un conjunto de medidas concretas. Existen condiciones sí, pero va a instrumentarse, como se especificó el pasado 21 de enero de 2021 con la aprobación de la Regulación para el Fondo Europeo de Recuperación y Resiliencia, se han buscado requisitos más flexibles en términos económicos y políticos, diseñados por parte de cada Estado miembro. Y por eso es crucial la posición y la resistencia que el Gobierno mantenga en Europa y la participación de los interlocutores sociales en el diálogo social que va a decidir sobre los fondos estructurales.
No podemos caer en el error de asumir políticas de austeridad ahora desechadas porque llegan una y otra vez mensajes -y no de Bruselas- que recomiendan y presionan para aplicar políticas que fracasaron en la anterior crisis económica. Y lo que es peor, mensajes que interpretan de forma interesada y tergiversada las informaciones para perpetuar que "sigan ganando los mismos", como siempre.