El secretario general, que ha intervenido en la apertura, ha querido remarcar los buenos datos del paro conocidos el pasado viernes, “donde la reforma laboral y su impacto son más que evidentes”, pero ha advertido que “no son para confiarse. No se puede hablar de trabajo de calidad, y eso es un problema. Aún quedan unas cuantas cuestiones por superar. El SMI lo cobran entorno a dos millones y medio de personas, y es aún insuficiente para llevar una vida digna, por eso no podemos hablar de trabajo de calidad”.

Pepe Álvarez ha recordado que la firma del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) “ayudará a que muchas de estas personas vean mejorado su salario, ya que están englobados en muchos convenios. Sin embargo, creo que aún estamos lejos y los debates deben poner el foco en ese aspecto”. El secretario general de UGT ha explicado que en España, donde hay más necesidad de mano de obra, es en las zonas más tensionadas en cuanto a materias como la vivienda o el coste de la vida, “y es muy difícil cuando los salarios son bajos y las condiciones de trabajo bastante inaceptables”.

Álvarez, preguntado por la situación de Castilla y León, ha lamentado que “una comunidad autónoma donde el diálogo social y la concertación siempre ha funcionado tan bien, es una pena que ahora se encuentre en la situación actual. No puede ser que la junta de Castilla y León se pase por el forro las decisiones de la OIT, y más vergüenza me parece que el secretario general de la OIT tenga que llamar al orden a una comunidad autónoma. El señor Mañueco debería de responder ante estas situaciones que hemos denunciado no solo las organizaciones sindicales, sino también las organizaciones empresariales”.

El secretario general de UGT ha lamentado que en Castilla y León “se hayan terminado las políticas de reinserción al empleo, o la atención a los desempleados. Hacen mucha coña con que los sindicatos nos movíamos por las subvenciones, pero el tiempo les ha dejado en evidencia y ha demostrado que era un bulo de VOX antes de las elecciones. El trabajo que hacíamos los sindicatos, ahora no lo hará nadie, y eso solo perjudica a las personas trabajadoras.