El asilo es un derecho y la UE no puede mirar hacia otro lado
Fecha: 13 Ago 2019
• UGT recuerda que salvar vidas en el mar y ofrecer puertos seguros a las personas rescatadas no puede ser parte de las políticas migratorias sino una obligación.
• El sindicato denuncia que las políticas restrictivas de la UE que incumplen la propia normativa internacional al no respetar los derechos humanos.
• En lugar de proteger a quienes se ven obligados a huir de sus países, las autoridades europeas se lavan las manos, reinterpretan las normas y establecen medidas de contención como los acuerdos con Turquía y Libia, que suponen la externalización de las fronteras.
Madrid, 13 de agosto de 2019.- La Unión General de Trabajadores recuerda que ofrecer asistencia a toda persona que se encuentre en peligro en el mar es una obligación internacional que no debería estar condicionada o cuestionada por las políticas migratorias de los estados de la Unión Europea.
El sindicato destaca que en los últimos tiempos se ha intentado criminalizar a capitales, tripulaciones, ONG, etc. que realizan labores de rescate de personas en aguas internacionales pero la realidad es que quienes violan el derecho internacional, son los gobiernos que no proporcionan los recursos necesarios para asegurar el auxilio a todas las personas que lo precisan.
La actual situación del Open Arms, que lleva 11 días en altamar pidiendo un puerto seguro para desembarcar a los 151 migrantes a bordo, es sólo un ejemplo más. Italia y Malta, los países más cercanos, se han negado a acogerles, pero ningún otro país de la UE ha dado un paso al frente.
No hay crisis de refugiados, hay crisis de valores
Llevamos más de cuatro años en los que se ha incrementado la magnitud de los movimientos migratorios, entre ellos, de solicitantes de protección internacional y esto ha sido utilizado por parte de determinados gobiernos, para generar alarma social y justificar decisiones, políticas y discursos antieuropeistas y xenófobos, que no afectan exclusivamente a la población migrante, ni a la inmigración, sino al conjunto de la población y a los pilares de la Unión Europea.
La crisis de refugiados de la que se habla no es tal, sino una crisis de valores de la Unión, de la que son víctimas, primero los propios migrantes, pero también el conjunto de la sociedad europea y el futuro de la Unión.
Una situación que pone de manifiesto que gobiernos de determinados estados miembros y partidos políticos, también en España, están dispuestos a hacer uso de la migración, de una forma irresponsable esperando así ganar un puñado de votos.
La solución nunca puede pasar por desproteger a las víctimas