El consumidor debe pagar el precio real de lo que cuesta producir la energía
Fecha: 01 Nov 2021
La escalada de precios pone en peligro la recuperación
UGT valora el paquete de medidas temporales aprobadas en el Consejo de Ministros para ampliar la protección de los consumidores domésticos e industriales ante la escalada de precios de la energía, pero considera que no son suficientes para acabar con la crisis energética que estamos viviendo.
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores considera que las medidas contenidas en los RDL 21/2021 y 23/2021, protegen a los consumidores vulnerables domésticos, mejoran la transparencia y supervisión del mercado mayorista y minorista de electricidad y del mercado minorista de gas y favorecen la estabilidad y los precios para los consumidores industriales, manteniendo los contratos ya firmados e incluso ampliándolos.
Sin embargo, el sindicato insiste en que es necesario ir más allá porque las continuas y elevadas subidas de los precios están afectando a miles de familias, empresas y autónomos, especialmente a pymes, a los hogares más vulnerables y a las industrias más intensivas, que no pueden asumir las facturas energéticas. Una situación que pone en peligro la recuperación pos-pandemia, debido a la amenaza cada vez más real del precio de la energía en la inflación.
Por un lado, UGT valora que el RDL 21/2021 prorrogue hasta el 28 de febrero de 2022 la prohibición de cortes de suministros esenciales, pero señala que esta medida debería estar garantizada de forma indefinida y, en relación al Bono Social Térmico, subraya que la cantidad es insuficiente - entre 35 y 124 euros anuales- y no permitirá a los hogares en situación de vulnerabilidad mantener una temperatura adecuada para su salud.
Mayor transparencia a productores y comercializadores
Por otro lado, el RDL 23/2021 establece la obligación de los productores y comercializadores de electricidad y gas natural de informar a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre la producción, consumo, venta de energía, los instrumentos de contratación a plazo, compras, precios, condiciones relacionadas con la terminación de contratos, y los servicios adicionales que exija la contratación.
En este sentido, la CNMC publicará la información de forma transparente, adecuada y actualizada sobre los precios con el fin de ponerla a disposición de todos los consumidores a través de su herramienta web Comparador de Ofertas de Energía y los consumidores deberán ser avisados de forma transparente y comprensible de cualquier intención de modificar las condiciones del contrato, ser informados de su derecho a rescindir el contrato sin coste alguno cuando reciban el aviso, y ser notificados sobre cualquier revisión de los precios con al menos un mes de antelación, incluyendo una comparativa de los precios aplicados antes y después de la revisión.
Para UGT, el hecho de introducir mayor transparencia era necesario, ya que la CNMC ha puesto diversas sanciones en los últimos años a las compañías eléctricas y de gas natural por abuso de su posición en el mercado eléctrico.
Soluciones más allá del ámbito temporal
El sindicato mantiene que las compañías eléctricas y la Unión Europea tienen que aportar soluciones y considera que existe margen para adoptar otras medidas como:
• Modificar el sistema de tarifa horaria, que castiga normalmente al consumidor, ya que se ha estrechado la diferencia entre la hora más cara y la más barata. Además, con el cambio horario del próximo 31 de octubre se encarecerán aún más las facturas porque la hora de luz natural se gana en el tramo más barato y se pierde en el más caro, con lo que se consume más energía, y a esto, se une el frio del invierno, que obliga a consumir más luz y calefacción.
• Modificar la directiva de funcionamiento del mercado eléctrico, revisando el sistema del mercado mayorista.
• Mejorar las interconexiones de materia prima, y planificar el suministro de gas.
• Acelerar el despliegue de fuentes renovables.
• Mejorar la eficiencia energética.
• Aprobar una Directiva europea de Salario Mínimo más fuerte que garantice que el salario no se pueda establecer por debajo del umbral de pobreza y aumente las tasas de negociación colectiva como la mejor manera de obtener salarios realmente justos que combatan la pobreza energética.
En definitiva, es necesario adoptar medidas para que el consumidor doméstico e industrial pague la energía al precio real de lo que cuesta producirla, y soluciones que vayan más allá del ámbito temporal a un problema estructural como es la pobreza energética.