El nuevo Pacto sobre Migración y Asilo de la UE sigue primando el control de fronteras sobre los derechos humanos
Fecha: 24 Sep 2020
► Europa vuelve a fallar con este pacto pues es continuista con la política migratoria anterior, que se rige bajo la premisa de Europa fortaleza, pero utilitarista y clasista con la migración.
► El acuerdo propicia que se repitan situaciones como la del campo de refugiados de Moria, lugares que actúan como centros de contención, con bajo o nulo respeto a los derechos humanos. Por otra parte, con el procedimiento acelerado y pautado, que recoge el texto, se corre el riesgo de que se rechacen solicitudes que deberían ser positivas o que se devuelva o expulse a personas a lugares no seguros.
► Tampoco presenta novedades en los programas de reubicación, ni se detalla cómo se obligará a los Estados a cumplir sus compromisos.
► UGT rechaza también que la UE vuelva a poner el foco sobre la inmigración irregular como causa del trabajo no declarado, de la explotación laboral y del tráfico de seres humanos, sin afrontar las verdaderas razones, que se encuentran dentro de los mercados laborales de los propios Estados Miembros. Y es que no hay trabajadores, ni trabajadoras, explotados, si no hay empleadores explotadores o normas y prácticas laborales que lo permiten.
► En este sentido, exige perseguir y sancionar a los explotadores y proporcionar compensaciones a las víctimas de la explotación, que en el caso de las personas trabajadoras en situación administrativa irregular deben pasar por el acceso a la documentación.
Para la Unión General de Trabajadores, el texto presentado por la Comisión Europea y las propuestas legislativas que lo acompañan representan la continuidad de una política en la que siguen primando tanto el control de las fronteras exteriores, por encima de los derechos humanos, como la concepción utilitarista y clasista de la migración.
Este pacto dedica la mayor parte del contenido al control de las fronteras exteriores y materias relacionadas con el mismo. Y las referencias a la migración regular se vinculan a que la Unión Europea precisa de una migración de un determinado perfil, para responder a las necesidades del mercado de trabajo, continuando con la segmentación en materia de derechos según se trate de migración cualificada o no cualificada.
El texto relaciona en varias ocasiones, a lo largo de su contenido, a las personas solicitantes de protección internacional o migrantes con las redes de tráfico de seres humanos. Así, el texto dice que un procedimiento acelerado de resolución de solicitudes presentadas en las fronteras exteriores tendrá el efecto de desalentar a los traficantes: si la solicitud es denegada, la expulsión será inmediata.
Las solicitudes de protección internacional ya no son un derecho para entrar en la UE
Además, indica que las solicitudes de protección internacional, presentadas en las fronteras exteriores, no implican un derecho a entrar en el territorio de la Unión Europea. La realidad es que las fronteras exteriores de la Unión son territorio europeo, y que esta propuesta no hace más que propiciar que se repitan situaciones como la de Moria, lugares en las fronteras exteriores que actúan como centros de contención con bajo o nulo respeto a los derechos humanos y con un gran impacto en el territorio y su población. Pero sobre todo que se corra el riesgo de que en un procedimiento acelerado y casi pautado, tal como se deduce del texto, se rechacen solicitudes que deberían ser positivas por falta de análisis individualizado de las situaciones o que se devuelva o expulse a personas a lugares no seguros.
Tampoco presenta novedades en los programas de reubicación
La propuesta sobre la corresponsabilidad en el caso de las personas solicitantes de protección internacional, no es más que la repetición de los programas de reubicación. O aceptar una cuota o contribuir económicamente sin que se detalle cómo se obligará a los Estados Miembros a asumir sus obligaciones.
UGT lamenta que nuevamente la UE ponga el foco en la inmigración irregular como causa del trabajo no declarado, de la explotación laboral, y del tráfico de seres humanos y que la Unión Europea rehúya afrontar las verdaderas causas, que se encuentran dentro de los propios Estados Miembros y sus mercados de trabajo. No hay trabajadores, ni trabajadoras, explotados si no hay empleadores explotadores o normas y/prácticas en el ámbito laboral que lo permiten.
UGT exige perseguir y sancionar a los explotadores y proporcionar compensaciones a las víctimas de la explotación, que en el caso de los trabajadores y trabajadoras en situación administrativa irregular deben necesariamente pasar por el acceso a la documentación.
En definitiva, el Pacto anunciado y pospuesto a lo largo de este año, ahonda en las mismas medidas que nos han llevado hasta el momento actual. No es un Pacto sobre Migración y Asilo, es un pacto sobre el control de las fronteras exteriores de la Unión.
La Confederación Europea de Sindicatos, de la que UGT es socia fundadora, ha hecho una Declaración en la que afirma que la propuesta de la Comisión aleja a la UE de un enfoque de la migración y el asilo basado en la solidaridad y los derechos humanos y asegura que “no se puede disfrazar de solidaridad tener unas fronteras más fuertes y ejecutar más retornos”. Asimismo, señala que este Pacto no dice nada de las necesidades de los migrantes, algo que debería ser el punto de partida de la UE.