Las víctimas de trata y las de explotación laboral o sexual, se han incrementado según el último Balance estadístico del Ministerio de Interior 2016-2020.  UGT exige un mayor compromiso por parte de todos para prevenir esta lacra; sancionar, duramente, a los responsables y más recursos para proteger a las víctimas.

La Estrategia de la UE en la lucha contra la trata de seres humanos aprobada este año, recordaba que en el año 2015 el beneficio anual mundial de la trata de seres humanos ascendió a 29.400 millones de euros y que, en un solo año, la trata con fines de explotación sexual genera en la Unión Europea unos beneficios de 14.000 millones de euros. 

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores recuerda que, aunque el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año 2022 contempla un incremento de 6 millones de euros para la atención de mujeres y niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual, este dinero sigue siendo insuficiente. Además, persiste la ausencia de previsiones para las víctimas de trata con fines de trabajo forzoso y víctimas de explotación laboral. 

Para UGT es preciso un esfuerzo mayor para prevenir esta lacra, en particular en un momento en que la pandemia y sus consecuencias ha aumentado la vulnerabilidad de hombres y, especialmente, de las mujeres. Por ello reclama: 

• La penalización de la demanda de servicios o productos de la explotación, incluida la demanda de prostitución, en consonancia con una posición abolicionista respecto a la misma, cuyos vínculos con la trata de seres humanos son evidentes.

• La protección de todas las víctimas de trata sea cual su sexo, edad, nacionalidad, situación administrativa o la finalidad de la trata. 

UGT recuerda que próximamente se prevé la elaboración de una ley y un plan integral contra la trata de seres humanos, ambos elaborados por diferentes Departamentos Ministeriales. En este sentido, demanda construir un sistema eficaz contra la trata de seres humanos, con perspectiva de género y que contemple las particularidades que sean necesarias en función de las diversas finalidades de la trata de seres humanos. Cualquier norma que pretenda abordar la realidad de la trata, ha de hacerlo teniendo en cuenta a todas sus víctimas y todas las formas de explotación.