Es urgente trasladar a los convenios las subidas de salarios pactadas en el AENC

Fecha: 28 Jun 2018

Desplome salarial en 2016, según el INE


  • Entre 2009 y 2016 el poder adquisitivo de los salarios perdió una media de 10,8 puntos porcentuales
     
  • La caída de salarios en 2016 fue generalizada sea cual sea el criterio utilizado (sexo, edad, tipo de contrato, antigüedad, tamaño de la empresa, o rama de actividad (excepto la Administración Pública)

Los datos del Índice de Precios del Trabajo (IPT) de 2016, publicados hoy por el INE, muestran que en aquel año los salarios se desplomaron un 1,3%, a pesar de que el PIB creció un 3,2% y las empresas aumentaron de manera muy cuantiosa sus beneficios. Esta caída refleja de manera muy clara la falta de correlación que existe en el mercado laboral entre crecimiento económico y bonanza empresarial y aumento de los salarios, debido esencialmente al desequilibrio de fuerzas existente en la negociación colectiva y en el gobierno de las relaciones laborales a favor de las empresas, y que proviene esencialmente de la reforma laboral de 2012. Esta circunstancia hace que en nuestro país se mantengan salarios de miseria, que sitúa a muchas familias trabajadoras incluso en situación de pobreza y exclusión social, y reduce nuestra capacidad de crecimiento y creación de empleo.

Los datos del IPT reflejan lo que ha sucedido con los salarios tras descontar el llamado efecto composición del empleo, es decir, aquellos cambios en las retribuciones que tienen que ver con cuestiones no estrictamente salariales, sino relacionadas con la cantidad y calidad del empleo, como el número de horas trabajadas, el tipo de contrato, la estructura de ocupaciones, etc. De este modo, este indicador aporta una imagen más fiel de la evolución concreta de las retribuciones. Y los resultados son alarmantes.

Anomalía económica

Resulta una grave anomalía económica que los salarios caigan en una fase de plena expansión económica, como era 2016, y en la que continuamos. Tras dos años de moderado aumento salarial (2014 y 2015), sobre todo por el descenso del IPC, 2016 vuelve a arrojar un descenso de los salarios reales, como sucedió de 2010 a 2013, en plena crisis. Y eso que el IPC en 2016 también fue negativo. Es decir, que la pérdida de poder de compra en ese año no se produjo porque los precios subieran, sino porque los sueldos nominales, los que pagan las empresas, cayeron.

Evolución de salarios nominales, precios y salarios reales 2010-2016
Tasas de variación anual

cuadro 1.PNG

El saldo acumulado en ese período de 2009 a 2016 es una pérdida media de poder adquisitivo de los salarios de 10,8 puntos porcentuales; es decir, que los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país podían comprar en 2016 un 10,8% menos de bienes y servicios que siete años antes, o lo que es lo mismo, eran un 10,8% más pobres. Y lamentablemente, los datos de otras fuentes estadísticas muestran, de un lado, que ese descenso fue mayor para quienes poseen menores salarios, y de otro, que en 2017 y 2018 la situación apenas ha mejorado.

Evolución del poder adquisitivo salarial
2009 = 100

Bajada de salarios generalizada

Según los datos de este Índice, la caída de los salarios en 2016 fue generalizada: en ambos sexos, en todos los grupos de edad, tanto para los trabajadores con contrato temporal como indefinido, en todos los niveles de antigüedad en la empresa, en todos los tamaños de empresa, y en todas las ramas de actividad (excepto en la Administración Pública, donde aumentaron un 1,7%). No obstante, el descenso fue superior entre las mujeres (-2,2% frente a -1,3 de los hombres), entre los jóvenes (-5,3% para los menores de 25 años) y entre los temporales (-1,9%, y -1,3% en los indefinidos).

Esta situación es insostenible, porque supone un lastre para el crecimiento económico y una tragedia para millones de familias que no pueden llegar a fin de mes. Hay que distribuir mejor los frutos del crecimiento de la actividad, a través de la creación de empleo de mayor calidad y del aumento de los salarios. No es admisible que las empresas cada vez ganen más y paguen menos a sus plantillas.

Por todo ello, UGT valora muy positivamente el Preacuerdo que hemos alcanzado los interlocutores sociales en materia de empleo y negociación colectiva (AENC) para el período 2018-2020, que fija aumentos salariales de hasta un 3%, que deben suponer importantes ganancias de poder de compra en esos años a la vista de las previsiones de inflación existentes, y que establece el aumento de los salarios mínimos de convenio a 14.000 euros al año (1.000 euros con catorce pagas) en 2020. Entendemos que la traslación de estos criterios a los convenios colectivos cambiará la actual dinámica de caída salarial que tanto perjuicio está ocasionando a la calidad de vida de la mayoría de los hogares de nuestro país y al conjunto de la economía, y será un acicate muy importante para mejorar el empleo creado, reducir la pobreza y las desigualdades y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de la mayoría de la ciudadanía.​

Fuente: UGT