Europa debe apostar por su mercado interior y mejorar el poder adquisitivo de las personas trabajadoras

Una Europa más fuerte empieza por una ciudadanía trabajadora con capacidad real de consumo

Fecha: 11 Abr 2025

Los datos del IPC de marzo, publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sitúan la inflación anual en un 2,3%, siete décimas menos que en febrero y el valor más bajo desde octubre de 2024. Este descenso se explica fundamentalmente por la caída de los precios de la electricidad (-5,6%), en contraste con el alza del 7,2% registrada hace un año.

También la inflación subyacente, que recoge la evolución de los precios de carácter más estructural, se modera hasta el 2%, el nivel más bajo desde noviembre de 2021. No obstante, algunos productos básicos siguen mostrando incrementos muy significativos, como el chocolate (+24,6%), el café (+15,5%) o la carne de ovino y caprino (+12,8%).

A pesar de esta moderación, persiste un contexto de incertidumbre internacional marcado por la política comercial agresiva de Estados Unidos. La reactivación de la guerra de aranceles impulsada por la Administración Trump no solo amenaza la estabilidad del comercio mundial, sino que también pone en riesgo la recuperación económica de Europa, afectando a sectores clave de nuestra industria y encareciendo productos esenciales.

UGT considera que esta coyuntura debe ser una llamada de atención para reforzar como nunca el mercado interior europeo, haciendo de la unidad económica de Europa una verdadera palanca de protección social, resiliencia productiva y autonomía estratégica. Ello pasa por consolidar nuestras altas capacidades, especialmente en los ámbitos tecnológico y digital, sin dejar de lado el eje central de cualquier política económica justa: el refuerzo del consumo interno a través de la mejora de los salarios.

Es por ello que desde UGT valoramos positivamente el plan anunciado por el Gobierno español para hacer frente al nuevo escenario global, y defendemos el diálogo social como el mecanismo más eficaz para desplegar respuestas flexibles y adaptadas que protejan el empleo, el tejido productivo y el bienestar de las personas trabajadoras.

Paralelamente, insistimos en la urgencia de repartir de forma más justa los beneficios económicos. Tal como venimos señalando, los márgenes empresariales acumulan ya cuatro años de crecimiento continuado, alcanzando máximos históricos. Las empresas cuentan hoy con capacidad suficiente para mejorar las condiciones salariales sin comprometer su viabilidad. Es esencial que los salarios crezcan con fuerza y la población trabajadora mejore su poder adquisitivo, no solo como acto de justicia económica, sino como herramienta clave para sostener la demanda interna y blindar la economía europea frente a tensiones externas.

Según los últimos datos, los salarios pactados en convenio registran un incremento medio del 3,3% hasta febrero, en línea con el V Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva. Pero si el IPC supera el 3% —una posibilidad aún plausible en el entorno actual—, deberían activarse las cláusulas de revisión que prevén subidas adicionales de hasta un 1%.

Una Europa más fuerte empieza por una ciudadanía trabajadora con capacidad real de consumo. Apostar por el mercado interior no puede desligarse de garantizar su base social: el empleo digno, la negociación colectiva y la justicia salarial.

 

 


Fuente: UGT
IPC