Hay que tomar las medidas necesarias para reconstruir nuestro país lo antes posible

Fecha: 31 Jul 2020

UGT reclama proteger a los más vulnerables, un sistema fiscalmente justo y unos PGE desde el Diálogo Social


•    Durante el segundo trimestre, El PIB se habría desplomado un 18,5% en términos trimestrales y un 22,1% en términos anuales. 

•    Para UGT, es imperativo controlar la crisis sanitaria y, después, articular las herramientas que nos lleven a la senda de estabilidad y crecimiento sostenible. 

•    El sindicato reclama construir un país diferente que se base en el empleo de calidad, el progreso social y la justicia redistributiva.

El avance de los datos de la contabilidad nacional del segundo trimestre, publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística, reflejan lo que era presumible tras una primera oleada de contagios de la COVID-19. El PIB ha sufrido la mayor caída de la historia económica moderna desde que se recogen este tipo de estadísticas. Concretamente se ha desplomado un 18,5% en términos intertrimestrales y un 22,1% en términos interanuales. Pese a que se trate de un avance, lo que queda claro es que resulta imprescindible atajar la crisis sanitaria para poder recuperarnos económicamente lo antes posible. 

UGT señala que se ha dejado atrás el peor trimestre de nuestra historia económica moderna. Tras una caída muy superior a la mayor caída que hubo durante la pasada crisis de 2008, se comprende mejor la trascendencia económica de la paralización de la actividad durante el confinamiento y, poco a poco, se irán conociendo los efectos que ésta ha traído consigo. Un retroceso que ya apuntaban las previsiones, que señalaban que este trimestre iba a ser peor que el anterior por la cantidad de tiempo que nos mantuvimos confinados y la coincidencia en el tiempo entre el transcurso del segundo trimestre y el del estado de alarma. 

La amplitud del shock ha abarcado diferentes ámbitos, desde el incremento del desempleo reflejado en la última EPA hasta la magnitud de la caída del PIB que conocemos hoy, entre otros indicadores económicos. Ahora, siendo conscientes del parón económico que ha supuesto, para UGT es imprescindible continuar articulando las herramientas que nos conducirán a retomar la senda de la estabilidad económica y del crecimiento sostenible. Para ello, es crucial controlar la crisis sanitaria que todavía atravesamos hoy para poder sostener las rentas, manteniendo el empleo y la actividad económica tanto como sea necesario. 

El sindicato considera fundamental mantener los impulsos económicos con acuerdos como el alcanzado en el Eurogrupo. Un plan que debe ir acompañado de políticas fiscales expansivas, de manera que la recuperación económica llegue lo antes posible. Los trabajadores y trabajadoras no pueden cargar con el peso de esta crisis (como sucedió en la de 2008) y, para ello, será necesario mantener el escudo social el tiempo que sea necesario, continuar con la aplicación de los ERTE hasta que se vuelva a la normalidad y se puedan reincorporar el 100% de las plantillas a sus puestos de trabajo. 

Soporte a los colectivos más vulnerables y un sistema fiscal más justo y eficiente

Por su parte, para evitar la destrucción del tejido productivo y, especialmente, de las pymes, se deberán mantener las líneas de crédito, facilitar la liquidez para hacer frente al pago de responsabilidades ineludibles y otras medidas de apoyo a las empresas que se han visto más afectadas. 

El crecimiento de la desigualdad no puede repetirse como una característica de cada recesión económica, ni se puede permitir que sean siempre los mismos los más desfavorecidos. En este sentido, UGT valora que desde el Gobierno se estén tomando medidas en esta materia, como sucede con la aprobación del Ingreso Mínimo Vital. Pero, a todas luces, hará falta realizar aún más reformas también en otros ámbitos de actuación, como es el caso de los planes de impulso de diferentes sectores económicos concretos para que cuenten con un respaldo de la Administración en sus actividades. 

En última instancia, y a la vista de los datos publicados hoy, hará falta una política fiscal expansiva con mayor alcance, que ejerza de apoyo para evitar el desplome de algunos sectores y de impulso en aquellos que hayan comenzado su recuperación. 

Para la Unión General de Trabajadores, ésta es una oportunidad para introducir reformas estructurales de nuestra economía y, como señalábamos en el documento conjunto de UGT y CCOO “Propuesta sindical para la construcción de un nuevo país. UN PAÍS CON FUTURO”, construir un país diferente que se base en el empleo de calidad, el progreso social, la justicia redistributiva y el crecimiento económico sostenible. 

Para ello, resulta fundamental una reforma fiscal que recaude en mayor medida y así igualarnos en presión fiscal con la media de la Unión Europea. Es necesario reformar nuestra fiscalidad para gravar las grandes empresas y las rentas más altas de forma equitativa y contar con las herramientas suficientes para que se haga una redistribución justa que evite que crezca la pobreza en nuestro país. Además, instamos a que se hagan propuestas para armonizar la fiscalidad en la Unión Europea y así evitar la competencia fiscal entre países. La coordinación internacional pasa por este tipo de acuerdos. 

Para UGT también es imprescindible, en previsión al proyecto de los presupuestos que se presentará en septiembre, un impulso del Diálogo Social como clave para tener una perspectiva más cercana a la realidad de los trabajadores y trabajadoras. El Gobierno ha hecho partícipes a distintos grupos parlamentarios y a los sindicatos en las Comisiones de Reestructuración para alcanzar acuerdos, pero ahora es momento de incluir dentro de ese diálogo a los principales interlocutores sociales para tener unos Presupuestos Generales del Estado basados en el consenso. 
En definitiva, tras haber observado el peor dato trimestral de nuestra serie histórica del PIB y tras haber atravesado por las dificultades sanitarias y económicas que supuso el confinamiento, es imprescindible aprovechar esta oportunidad para construir un país mejor, resiliente frente a las crisis y basado en la transición ecológica que garantice la sostenibilidad en el futuro. Todas las políticas económicas que se emprendan en estos momentos deben ser orientadas a un modelo de país diferente, que no deje a nadie atrás y que se preocupe por tener un menor desempleo, pero también un empleo de calidad, una protección social ejemplar y una redistribución fiscal a la altura de las circunstancias. 

Datos de interés

Una de las características fundamentales de la crisis sanitaria es que no afecta únicamente a un país o a unos pocos, sino que ha afectado a todas las economías de manera generalizada. En otros países hemos podido ver caídas similares, casi siempre fijando records históricos en el desplome del PIB. Por ejemplo, ayer Alemania cifraba su descenso del PIB en un 11,7% y Estados Unidos lo hacía en algo menos de un 10%, ambas comparadas con el mismo trimestre del año pasado. Por esta característica la cooperación internacional tiene un papel tan relevante en la recuperación económica y la solidaridad debe imponerse para que la recuperación económica sea rápida y coordinada.

Los datos de Contabilidad Nacional publicados hoy por el INE se pueden analizar desde dos perspectivas. Desde el punto de vista de la demanda lo más llamativo ha sido el desplome que ha sufrido el consumo final de los hogares (-21,2% en el trimestre, -25,7% anual) propiciado por el confinamiento la mayor parte del tiempo del trimestre. Sin embargo, el gasto de las Administraciones Públicas y de las Instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares se ha mantenido constante en el trimestre, creciendo respecto al mismo trimestre del año pasado (0,5% y 0,4% en el trimestre y 3,0% y 3,5% anual, respectivamente). La inversión sufre una fuerte caída (21,9% en el trimestre y 25,8% anual), que se ve afectada en más de un 20% en casi todas sus vertientes. Aunque uno de los datos más notables de la caída de la demanda es, debido a las restricciones de movimientos entre países, el descenso del comercio internacional. Se puede apreciar un desplome cercano al 30% tanto en las exportaciones (-33,5% trimestral, -38,6% anual) como en las importaciones (-28,8% trimestral, -33,1% anual) en este trimestre. En resumen, nuestra demanda nacional resta 19,2 puntos porcentuales y nuestra demanda externa 2,9 puntos porcentuales al PIB respecto al mismo período del año pasado. 

Y desde el lado de la oferta, se puede ver una caída de todos los sectores en el trimestre a excepción del sector primario. Los sectores que han tenido descensos más pronunciados son aquellos que han sufrido una paralización de su actividad en un mayor grado debido al confinamiento. La actividad más afectada durante este trimestre ha sido la construcción que alcanza el -24,1% en términos trimestrales y un -29,9% en términos anuales. En segundo lugar, se encuentra el sector servicios, donde se pueden encontrar algunos contrastes. El sector servicios, en general, ha descendido en el trimestre un 19,1%, mientras que la caída medida respecto al mismo trimestre del año anterior se cifra en un 22%. Dentro de este sector hay diferencias entre los subsectores muy llamativas como la caída del Comercio, transporte y hostelería que se cifra en un -40,4% en el trimestre (-46,4% anual) mientras que las actividades financieras y de seguros continúan en ascenso con un crecimiento del 3,4% en el trimestre (9,9% anual). En tercer lugar, la industria ha sufrido una caída de su actividad en un 18,5% en el trimestre (-23,8% anual), en sintonía con los anteriores sectores. Por último, la parte positiva en la oferta se aprecia en el sector primario que crece un 4,4% en el trimestre, siendo un incremento del 7,4% en términos anuales. 

En materia de empleo, el indicador que mejor recoge la bajada de la actividad corresponde a las horas trabajadas, que han descendido un 21,4% en el trimestre, siendo la caída interanual de un 24,8%. Este descenso de las horas trabajadas desagregando la información por sectores presenta muchas similitudes respecto a la información recogida desde la perspectiva de oferta, exceptuando en el sector primario. La agricultura recoge una caída de un 9,3% en términos interanuales mientras que crecía su actividad. Sin embargo, el resto de sectores sí que muestran un descenso pronunciado de sus horas trabajadas siendo de un 32,2% en el caso de la construcción, un 25,5% en el sector servicios y un 20,9% en la industria; todas ellas en términos interanuales. Esto nos muestra los efectos que ha tenido la crisis sanitaria en su punto álgido respecto al empleo, sostenido aun en estos momentos por los ERTES para que las rentas no cayeran en la misma medida que lo han hecho las horas trabajadas.  

Fuente: UGT