Graves amenazas de muerte contra sindicalistas de CUT y FECODE en Colombia
Fecha: 27 Oct 2020
El pasado 26 de octubre, el secretario de asuntos laborales y jurídicos de FECODE (Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación), Carlos Enrique Rivas Segura, recibió en su domicilio amenazas de muerte dirigidas hacia los miembros de la ejecutiva de FECODE y contra el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT).
Este grave atentado sucede en el terrible contexto de violencia contra líderes sindicales y sociales que Colombia sufre desde hace décadas. Sólo en lo que llevamos de año han sido asesinados en ese país 237 activistas sociales y sindicales, con aumento de la tensión constante.
Las cobardes amenazas contra el compañero Rivas y el resto de la ejecutiva de FECODE ha tenido lugar mientras se llevaban a cabo movilizaciones sociales en todo el país reclamando al gobierno de Iván Duque mayor seguridad, respeto por las instituciones democráticas y medidas sociales de emergencia ante la grave crisis social que afecta a Colombia desde hace años y que se ha visto agravada por el fuerte impacto del Covid-19.
La Unión General de Trabajadores envía su más firme apoyo y solidaridad a todos los líderes sociales y sindicalistas de Colombia, a los miembros de la ejecutiva de FECODE, y muy especialmente a nuestro compañero y amigo Diógenes Orjuela, y nos sumamos a la condena expresada por la Confederación Sindical de las Américas (CSA) y a la exigencia al gobierno colombiano de implementar de medidas efectivas para la protección de la vida e integridad de todas y todos los líderes sociales en Colombia.
Es urgente que el gobierno de España lidere en la Unión Europea una estrategia de apoyo a la democracia y al respeto a los derechos humanos en aquel país, atendiendo específicamente a la gravísima situación de persecución a la que se ven sometidas las personas que luchan por los derechos de la clase obrera y de los grupos sociales más vulnerables, así como exigiendo el respeto por la paz. La acción exterior española y europea, deben poner el foco también en Colombia, donde las víctimas, personas de bien que luchan de manera pacífica y democrática por un país más justo, continúan siendo vergonzosamente ignoradas por gran parte de las autoridades y partidos políticos españoles y europeos.