Mª Carmen Barrera ha intervenido en la jornada “Hacia una negociación colectiva ecológica en Europa: evaluación de buenas prácticas y perspectivas de futuro”, organizada por UGT en el Consejo Económico y Social Europeo (CESE).

La Secretaria de Políticas Europeas de UGT, Mª Carmen Barrera, ha afirmado que el diálogo social es fundamental para diseñar y ejecutar políticas ambientales, energéticas y las relacionadas con la transición justa, para garantizar el empleo y no dejar a nadie atrás. Sin embargo, hasta ahora, “poco o nada se han relacionado las cuestiones medioambientales con las relaciones laborales colectivas o con su impacto en los cambios laborales”. Por eso, los interlocutores sociales debemos redoblar esfuerzos para que la transición verde no se produzca de espaldas al empleo.  Para ello, “el Pacto Verde Europeo y el Pilar Europeo de Derechos Sociales deben estar vinculados, con el fin de obtener mejoras y beneficios que deben materializarse también en materia de empleo”- ha dicho.

Barrera ha destacado que “la negociación colectiva debe facilitar consensos y abordar cuestiones como la creación de empleos verdes; las transiciones entre diferentes sectores de actividad; la formación y reciclaje de los trabajadores, la mayor vulnerabilidad de los que tienen mayor edad; la salud y la seguridad laboral; la movilidad en las ciudades, para acceder a los lugares de trabajo; la eficiencia energética en la actividad productiva, etc. Temas en los que debe incluirse la perspectiva de género. Todos estos aspectos son contenidos de lo que podemos llamar “negociación colectiva ecológica o verde”.

Del mismo modo que los convenios colectivos incluyen soluciones equilibradas y compartidas entre empresas y trabajadores sobre salarios, tiempo de trabajo, igualdad de género o prevención de riesgos laborales, también hay un lugar para la transición verde, para conseguir una neutralidad climática que sea justa y que no deje a nadie atrás. 

Barrera ha destacado que la transición verde es una oportunidad para superar incluso los males endémicos y desigualdades que configuran los mercados de trabajo actuales. En este sentido, ha dicho que “es hora de hacer realidad el futuro del trabajo, del que tanto se ha hablado estos años atrás, con medidas de progreso y bienestar social, como, por ejemplo, la reducción de la semana laboral a 32 horas”.