La precariedad en el mercado de trabajo es sinónimo de siniestralidad laboral
Fecha: 29 Feb 2016
La Unión General de Trabajadores advierte sobre el alarmante repunte de las cifras de siniestralidad laboral en nuestro país donde durante 2015 fallecieron 608 trabajadores y se produjeron un total de 1.233.918 accidentes laborales, 44.795 más que en 2014, lo que supone un incremento de un 3,8%.
El sindicato denuncia una vez más que la crisis se ha utilizado como excusa para abandonar la inversión de las empresas en políticas de prevención de riesgos laborales y destaca que la precariedad que se ha instalado en el mercado de trabajo es sinónimo de incremento de la siniestralidad laboral.
En este sentido, reclama incrementar las actuaciones de la Inspección de Trabajo, ejercer mayor vigilancia del cumplimiento de la normativa, potenciar la coordinación entre las distintas Administraciones Públicas, que se hagan públicas las sanciones por infracciones muy graves y exige al futuro Gobierno, como eje esencial de la política de salud pública, un compromiso para garantizar la salud integral de los trabajadores.
Según los datos del avance de accidentes de trabajo ocurridos en España en el periodo de Enero a Diciembre de 2015, que ha hecho públicos el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, durante el año pasado, se han producido un total de 1.233.918 accidentes laborales, experimentando, dicha cifra, un incremento del 3.8% respecto del dato del 2014, lo que supone 44.795 accidentes laborales más.
De ellos, 518.988 accidentes causaron la baja al trabajador, lo que supone un aumento del 5.7% en relación al año anterior, es decir, hubo 27.889 trabajadores más que sufrieron un accidente laboral que le causo la baja.
Entre los accidentes que causaron baja, 449.223 ocurrieron durante la jornada laboral y 69.765 fueron accidentes in itinere. Ambos tipos de accidentes ascienden, siendo este incremento del 5.8% para los accidentes ocurridos durante la jornada laboral y del 5.0% para los ocurridos en el trayecto del trabajo a casa.
La industria manufacturera y el comercio al por mayor y menor, reparación de vehículos a motor, son las dos secciones de actividad que registran la mayor cantidad de accidentes laborales con baja, con 82.087 accidentes la primera y 64.417 la segunda.
Los mayores incrementos son los registrados por el sector de la construcción con un 9.7% más, seguido hostelería con un 9.0% más.
Los sobreesfuerzos físicos sobre el sistema musculoesquelético es la forma que ha producido un mayor número de accidentes con baja a lo largo del año, siendo esta cifra de 174.456, un 5.7% más que en 2014. En segundo lugar se sitúan los choques o golpes contra objeto inmóvil como caídas o tropiezos que ascienden a 109.474 accidentes (+5.3% que en 2014). Siendo estas últimas fácilmente evitables con sencillas medidas de seguridad.
También, se notificaron 714.930 accidentes sin baja durante el periodo de referencia antes citado. Este tipo de accidente ha experimentado un aumento del 2.4% con respecto al 2014, lo que se traduce en 16.906 accidentes sin baja más. Por lo tanto, tenemos que volver a insistir que siguen notificándose más accidentes sin baja que con baja, hecho que consideramos que puede relacionarse a la presión que sufren los trabajadores por la actual situación de las condiciones de trabajo, debido a la precariedad y la falta de medidas preventivas en las empresas.
608 trabajadores han fallecido en el periodo de Enero a Diciembre, lo que supone 28 muertes más que durante 2014.
Del total de fallecimientos, 500 ocurrieron durante la jornada de trabajo y 108 fueron in itinere. Se registra un incremento de 33 muertes en los accidentes ocurridos durante la jornada laboral y un descenso de 5 fallecimientos en los accidentes in itinere, comparando estos datos con los de 2014.
Las causas de fallecimiento durante la jornada laboral son los infartos y derrames cerebrales (216 fallecimientos) los accidentes de tráfico (69 fallecimientos), quedar atrapados, ser aplastado, sufrir una amputación (67), choque o golpe contra un objeto en movimiento, colisión (56).
Estos accidentes podrían evitarse realizando una mayor prevención de los riesgos psicosociales, promoviendo buenas prácticas en los desplazamientos realizados durante la jornada laboral e implantando medidas preventivas en los lugares de trabajo.
Desglosando los fallecimientos de trabajadores, por sectores de actividad, durante los meses de Enero a Diciembre de 2015, encontramos que hubo 237 muertes pertenecientes al sector servicios, 128 en el sector industrial, 76 en la construcción y 59 en el sector agrario.
Han fallecido 42 trabajadores más en industria, 3 en construcción y 10 más en servicios con respecto al mismo periodo temporal del año pasado. Por otra parte descienden en 22 fallecidos menos en el sector agrario.
En cuanto al índice de incidencia del total de los accidentes de trabajo con baja laboral, es de 3.189.5 accidentes por cien mil trabajadores al mes, lo que supone un 2.5% más que en el mismo periodo del año anterior.
Por otra parte, las industrias extractivas es la sección de actividad que presenta el mayor índice de incidencia, siendo este de 11.566.3 accidentes por cien mil trabajadores, seguido de la construcción con un índice de 6.573.9 accidentes por cien mil trabajadores, en tercer lugar, el suministro de agua, saneamiento, gestión de residuos con 6.439.6 accidentes por cien mil trabajadores.
Los índices de incidencia que más se incrementan son los correspondientes al suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos (+6.6%) y el de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (+6.6%).
El índice de incidencia de los accidentes mortales es de 3.55 puntos, el cual experimenta un incremento del 3.7% respecto al de 2014. Desglosado por sector de actividad, observamos que el sector agrario alcanza los 9.36 puntos experimentando un descenso del 26.7%.
En industria alcanza los 6.86 puntos lo que supone un grandísimo aumento del 45.5%. En construcción, este índice se sitúa en los 10.58 puntos, siendo el más alto de los cuatro sectores, y el cual ha descendido un 1.2%. Por último, el índice registrado para el sector servicios es de 2.18, es el más bajo de todos y aumenta muy poco en relación con el de 2014 (+0.9%).
UGT lleva tiempo advirtiendo del alarmante repunte de las cifras de siniestralidad. La crisis se ha utilizado para dejar de lado las políticas preventivas y la inversión de las empresas en esta materia, lo que está provocando un incremento de siniestralidad laboral muy preocupante y grave.
La precariedad se ha instalado en el mercado de trabajo es sinónimo de incremento de la siniestralidad laboral. Por ello se hace imprescindible que el futuro Gobierno garantice, como eje esencial de la política de salud pública, la salud integral de los trabajadores.
Las empresas en las que hay una menor representación sindical, es mayor el número de accidentes que sufren los trabajadores. Por ello es muy importante preservar las garantías que actualmente tienen los Delegados así como crear la figura del Delegado territorial y sectorial para todo el Estado, que facilitaría el acceso a una autentica cultura preventiva en el seno de estas empresas, a través de la información, formación y asesoramiento cercano y directo.
Hay que potenciar la coordinación en el desarrollo y facilitar la ejecución de políticas en materia de prevención de riesgos laborales así como de aplicación de la ley de salud pública – laboral para llevar a cabo en el ámbito de las distintas Comunidades Autónomas así como conseguir una mayor coordinación entre las distintas Administraciones públicas, como por ejemplo, entre las Comunidades Autónomas y Los Ministerios implicados, para mejorar la respuesta ante situaciones de riesgo, fomentar la cultura preventiva entre empresarios, trabajadores y la sociedad en general e incrementar la inversión en I+D+I en materia de salud laboral y riesgos emergentes.
De igual forma es necesario establecer normativamente criterios objetivos para la calificación de los accidentes de trabajo, teniendo en cuenta factores como el periodo previsto de baja, la necesidad de ingreso hospitalario, amputaciones o lesiones en órganos, rehabilitación prolongada… etc.
Además, sería conveniente hacer públicas las sanciones por infracciones muy graves, algo que por otra parte ya está previsto en el artículo 49.5 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales pero cuya regulación específica no se publicó por el ministerio hasta el año 2007, y a día de hoy no se está llevando a la práctica.
Y, por supuesto, es imprescindible un incremento de las actuaciones de la Inspección de Trabajo en materia de prevención de riesgos laborales y así ejercer una mayor vigilancia y control del cumplimiento de la normativa.