► UGT considera que la subida de los alimentos y suministros básicos, como la electricidad, que se han producido en el mes de enero constatan la necesidad de subir las rentas a los más vulnerables. En este sentido, exige la subida inmediata del SMI, que afecta a trabajadores/as que en muchos casos desarrollan su labor en servicios esenciales y extender el Ingreso Mínimo Vital, que no llega a todo aquel que lo necesita.

► El sindicato exige un control y vigilancia de los precios de estos productos de primera necesidad, que encarecen el nivel de vida de todos los ciudadanos, una gran mayoría de los cuales lo está pasando realmente mal por la crisis económica provocada por esta pandemia

La inflación en enero acelera hasta el 0,6% tras nueve meses de tasas negativas.

Según el INE parte de esta subida estaría relacionada con el aumento de los precios de la electricidad en enero. La ola de frio provocó un aumento de la demanda que el presente sistema de fijación de precios en el mercado mayorista eléctrico aumentó, haciendo que se refleje en la factura de este mes.

No obstante, también en la parte del IPC que no incluye a los productos energéticos -la inflación subyacente- se observa una subida apreciable, de 0,5 décimas, debido al aumento del precio de algunos alimentos.

Que la inflación se sitúe en valores positivos, debajo del 1,0% no es un dato preocupante, además cuando gran parte de sus causas se deben a los diferentes efectos de la situación meteorológica extrema que se vivió en enero.

Sin embargo, también hay que reconocer que los bienes afectados son los más consumidos por las familias de menor renta: electricidad, gas y alimentos. Mientras lo que baja son servicios consumidos relativamente por las rentas más altas: paquetes turísticos.

Este efecto, aunque probablemente temporal y no de gran magnitud, se produce. De ahí que en circunstancias como estas sea necesario recordar la importancia que tiene fijar un salario mínimo digno a la altura de cubrir las necesidades de los hogares con rentas más bajas. Lo propio puede decirse con la necesidad de extender el Ingreso Mínimo Vital. Ambos niveles deben además mantenerse en consonancia con el aumento de los precios en aquellos bienes y servicios que los hogares más desfavorecidos consumen con mayor intensidad.