Las condiciones de vida de los españoles empeoran
Fecha: 26 May 2015
La Encuesta de Condiciones de Vida 2014 publicada hoy por el INE constata el deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos y el incremento de las desigualdades y de la pobreza, como consecuencia de la crisis y de las políticas económicas que se están aplicando.
Los datos revelan que los hogares españoles tuvieron en 2013 una reducción de ingresos del 2,3% respecto al año anterior, y que la tasa de riesgo de pobreza también se incrementó al 22,2%. UGT considera que para que la recuperación económica no se asiente en la desigualdad y en la exclusión social es preciso cambiar de políticas, de tal forma que se priorice el empleo estable, los salarios ganen poder de compra y se potencie la protección social.
En este sentido, los sindicatos hemos presentado una Iniciativa Legislativa Popular para establecer una prestación de ingresos mínimos, la última malla de protección sociolaboral para las familias trabajadoras de nuestro país, destinada a personas que pudiendo y queriendo trabajar, no pueden hacerlo y a quienes los actuales instrumentos de protección no dan respuesta.
La crisis que está sufriendo nuestra economía y nuestro empleo, desde hace años, tiene como resultado graves desigualdades, provocadas por la incapacidad para generar empleo y frenar la sangría del desempleo, la devaluación salarial generalizada en nuestro país, con menores ingresos y salarios percibidos, la caída de la capacidad adquisitiva de los hogares españoles y el empeoramiento en la distribución de la renta, la extensión de la precarización laboral y del paro de larga duración.
Estos efectos son resultado de la nefasta gestión de la crisis, con reformas laborales impuestas por el Gobierno, y por la rendición de este Gobierno a las políticas de austeridad impuestas por el Troika. El resultado agregado es un grave deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores y ciudadanos de nuestro país, tal y como ponen de manifiesto los resultados definitivos de la Encuesta de Condiciones de Vida 2014 publicados hoy por el INE .
Según estos datos, en 2013 los hogares españoles tuvieron unos ingresos medios anuales de 26.154 euros, lo que supuso una reducción del 2,3% respecto al año anterior. La renta media por persona fue de 10.904 euros, un 1,5% menos que en 2013. Entre los ocupados, la renta media por persona fue de 12.289 euros, un 2,2% menos, para los parados fue de 7.608 euros, un 7,6% menos, y para los jubilados fue de 13.236 euros, un 1,4% más que en 2013.
En la Encuesta de Condiciones de Vida de 2014 (y teniendo en cuenta los ingresos de 2013) la tasa de riesgo de pobreza se situó en el 22,2% de la población residente en España , frente al 20,4% registrado el año anterior. Entre los ocupados, en 2014 la tasa de riesgo de pobreza alcanzó el 14,2%, un 21,4% más que en 2013, cuando fue del 11,7%. Y entre los parados esta tasa alcanza el 45,1%, un 13% más que en 2013. En cambio entre los jubilados la tasa de riesgo de pobreza es del 9%, un 16% menos que el año anterior.
En relación a las dificultades económicas de los hogares españoles, en 2014, el 16,1% de los hogares españoles manifestó llegar a fin de mes con “mucha dificultad”, el 42,6% de los hogares no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos, el 46,4% de los hogares no se podía permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, y el 11,7% de los hogares tenía retrasos en los pagos a la hora de abonar gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, electricidad, comunidad,...) y un 11,1% no puede permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada. Todos estos porcentajes son muy superiores a la media en el caso de los trabajadores desempleados.
En la ECV de 2014, el indicador agregado AROPE de riesgo de pobreza o exclusión social se situó en el 29,2% de la población residente en España, frente al 27,3% registrado el año anterior, es decir, un 7% más que en 2013. Según este indicador, es España la población con carencia material severa en 2014 fue del 7,1%, un 14,5% más que en 2013, y la población viviendo en hogares con baja intensidad en el empleo se situó en el 17,1%, un 9% más que en 2013.
En relación con la actividad, el 60,3% de los trabajadores desempleados estaba en riesgo de pobreza según este indicador, un 6,7% más que el año anterior. Y en esa situación también se encontraba el 17,6% de los trabajadores ocupados, un 19% más que en 2013.
Este es parte del panorama social que refleja esta encuesta, y el panorama general que reflejan otras estadísticas va en línea con estas. Basta con repasar los últimos datos sobre la situación actual de nuestra economía, nuestro empleo y nuestra sociedad, donde son preocupantes las tendencias que se están configurando en el mercado de trabajo español. Por un lado, el incremento del empleo incorpora rasgos de precariedad.
En abril, un 91,4% de los contratos realizados fueron temporales, lo que significa que sólo 8,6 contratos de cada 100 contratos son indefinidos. Por su parte, el peso de los contratos a tiempo parcial, temporales e indefinidos, ocupa cada vez mayor parte del mercado de trabajo (más del 34% ya), con consecuencias negativas en términos de calidad del empleo y salarios. La extensión de la precariedad en el propio desempleo, que se refleja en un descenso continuado de los beneficiarios de prestaciones, de las cuantías medias, del gasto y, en última instancia, de la tasa de cobertura (del 70,6% en 2011 al 55,35% en marzo) y en la extensión del paro de larga duración (cifrada en la EPA en un 61,2%).
Todo apunta a que la recuperación del empleo se está basando en un modelo productivo ya conocido, con un marcado carácter estacional que permite mejoras en etapas vacacionales y que se sustenta en actividades de menor valor añadido (como es el caso de la construcción, cuyo aumento de actividad en este último año está siendo significativo).
De este modo, nos encaminamos hacia un sistema basado en bajos costes laborales, con escasa inversión en tecnologías y formación, y en el que prima el trabajo precario, temporal y a tiempo parcial. En este sentido, los ultimo datos del INE señalan que en 2014 el peso de los parados de muy larga duración sobre el total de desempleados alcanzó el 27,4%, 4,3 puntos más que el año anterior.
La devaluación salarial está hundiendo la calidad de vida de millones de familias e incrementado los niveles de pobreza, por lo que urge que los salarios ganen poder de compra, y esto precisa de un sistema de políticas de empleo eficiente, que potencien y reformulen las políticas activas de empleo y que refuercen las prestaciones por desempleo para aumentar su grado de protección contributivo y asistencial, actualmente en caída libre.
UGT recuerda que los sindicatos han presentado una Iniciativa Legislativa Popular para establecer una prestación de ingresos mínimos, la última malla de protección sociolaboral para las familias trabajadoras de nuestro país, destinada a personas que pudiendo y queriendo trabajar, no pueden hacerlo y a quienes los actuales instrumentos de protección no dan respuesta.
Es preciso aprobar un “plan de empleo de choque”, que implique también a las autoridades comunitarias, con recursos excepcionales para impulsar la contratación laboral y el empleo, especialmente de los colectivos en peores condiciones (parados de larga, jóvenes, trabajadores sin formación). Y todo ello en el marco de un nuevo modelo productivo más eficiente y sostenible, sin el cual no habrá una salida real de la crisis. Esto exige profundas y continúas transformaciones en ámbitos cruciales de la actividad económica y laboral.
En este sentido, para UGT hay que aumentar las capacidades de actuación públicas, reformando la fiscalidad con actuaciones de ingreso y gasto público que influyan decisivamente sobre el modelo económico y de sociedad del país, y son una herramienta esencial para lograr una redistribución justa y equitativa de la renta, y del bienestar en nuestro país.