Las reformas laborales de 2010 y 2012 han llevado a los mayores de 55 años a la pobreza
Fecha: 07 Abr 2017
Los cambios del mercado laboral en los últimos años, producidos por las reformas de 2010 y 2012, han tenido mayor incidencia entre las personas mayores de 55 años. Así se refleja en el informe "Mayores de 55 años en el mercado de trabajo español", elaborado por UGT, que señala cómo este colectivo ha tenido que aceptar subempleos, temporales y parciales; mayor volumen de desempleo que otros colectivos; y han visto cómo su pensión se ha reducido año a año. UGT exige derogar las dos últimas reformas laborales, que han traído más desempleo y sufrimiento para los mayores de 55 años en nuestro país y propone un plan de choque para el empleo con el fin de favorecer la inserción de este colectivo y aumentar su formación y su protección social. Además, reclama medidas que posibiliten garantizar la pensión para un colectivo que, en muchos casos, tiene una vida laboral de más de 30 años y que, por culpa de la inacción de este Gobierno, está perdiendo calidad de vida tanto económica como social.
Los cambios producidos en el mercado de trabajo español desde 2007, más aún tras las reformas laborales de 2010 y 2012, han tenido efectos claros sobre las personas mayores de 55 años y su relación con el mercado laboral.
Así lo refleja el informe "Mayores de 55 años en el mercado de trabajo español" elaborado por UGT, donde se muestra cómo, por un lado, este colectivo ha tenido que aceptar subempleos, temporales y parciales; muchos de ellos han sido golpeados por el desempleo y por el paro de larga duración; y han visto cómo su pensión se ha reducido año a año.
En este sentido, de las 269.700 personas mayores de 55 años que tienen una jornada a tiempo parcial en 2016, un 52,2% es involuntaria, por no encontrar un trabajo a tiempo completo, 32 puntos por encima de la tasa de parcialidad involuntaria registrada en 2007. Además, en 2016, de los 4,48 millones de desempleados contabilizados por la EPA, 580.130 se encontraban en el grupo de edad por encima de los 55 años. Es decir, un 13%.
Más significativo resulta cuando se compara la situación actual con la de 2007, al inicio de la crisis. Mientras el número total de personas desempleadas ha crecido en el periodo un 143%, entre los 55 y más años lo ha hecho un 322%, pasando de 137.500 parados de esa edad a 580.130. La tasa de desempleo de las personas con más de 55 años se ha multiplicado por tres desde 2007, pasando de un 5,7% a cerca del 16,4% en 2016. Entre los mayores de 55 años, el porcentaje de parados de larga duración alcanzó un 50,8% en 2007 y se elevó hasta el 76,2% en 2016.
Esta situación de desempleo y las restricciones que tienen de acceso a la protección por desempleo ha conducido a un descenso de las coberturas de este colectivo. De los 1.984.376 beneficiarios de prestaciones por desempleo contabilizados en diciembre de 2016, 573.392 tenían más de 55 años (un 28,9%). Además, el efecto desánimo ha crecido entre los mayores de 55 años, debido a la falta de oportunidades de empleo y formación y a la ausencia de políticas activas de empleo para este colectivo.
Para UGT, resulta imprescindible un plan de choque por el empleo que proteja a nuestros mayores. En primer lugar, es necesario rescatar de la inactividad a las personas afectadas por el desánimo, implantando planes de sensibilización que incluyan una oferta de servicios públicos de orientación, formación, recualificación e inserción.
En paralelo, el sindicato aboga por una acción inmediata sobre estas personas desempleadas que no reciben ninguna prestación, combinando una prestación con medidas de políticas activas de empleo. En este sentido, UGT propone extender el subsidio de mayores de 55 años desde los 52 años hasta la edad de jubilación, de manera que las personas desempleadas en ese tramo de edad queden cubiertas.
Además, es fundamental que se implemente una atención y seguimiento especializado, desde los Servicios Públicos de Empleo, hacia este colectivo. Para ello, el sindicato propone para 2017 un aumento de la dotación presupuestaria de los Servicios Públicos de Empleo para atender las necesidades específicas de los desempleados mayores de 55 años. Además, es necesario desarrollar una línea de contratos públicos socialmente responsables donde se priorice la contratación de desempleados mayores de esta edad.
El paro de larga duración está afectando gravemente a sus pensiones
La situación de desempleo de larga duración que padecen los mayores de 55 años en nuestro país está afectando negativamente a su pensión, produciendo una minoración de la cuantía de la misma en hasta un 40%.
El informe refleja cómo si el salario medio bruto anual para esa edad (según la última Encuesta de Estructura Salarial de 2014 del INE) es de 27.360,02 euros, con un porcentaje de cotización total por contingencias comunes del 28,30%, cada mayor de 55 años deja de cotizar anualmente 7.743 euros, por lo que la Seguridad Social deja de ingresar al año alrededor de 5.984 millones de euros.
En el año 2016, el número de beneficiarios total de la prestación de desempleo alcanzó los 1.984.376 (a diciembre), ingresando la Seguridad Social en concepto de cotizaciones sociales de desempleo la cantidad de 6.716,53 millones de euros. De estos beneficiarios, 573.392 tenían más de 55 años, por lo que la Seguridad Social recaudó alrededor de 1.941 millones.
Es decir, se estaría dejando de recaudar alrededor de 4.043 millones de euros procedentes de este colectivo, algo extremadamente grave si tenemos en cuenta la situación actual del Sistema Nacional de Seguridad Social en nuestro país.
El Gobierno, lejos de atajar este problema, persiste en una reforma de 2013 que ha implicado una reducción de las personas que pueden acceder al subsidio, al condicionar el acceso al mismo a rentas que cada vez son más bajas y al ampliar la edad en la que se puede acceder al subsidio (55 años, frente a los 52 años anteriores); y una minoración del tiempo de percepción del subsidio, que, como consecuencia, supone una reducción de la pensión.
UGT ya ha puesto sobre la mesa las distintas propuestas para paliar esta situación, como calcular la pensión en el momento de haberse extinguido la relación laboral; mantener una base de cotización durante los años de percepción del subsidio igual para todos, con el fin de llegar a una igualdad de trato en ese periodo de la que se beneficiarían más los menos favorecidos; o recuperar el contrato de relevo para favorecer la jubilación parcial y la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo, pero el Gobierno sigue haciendo oídos sordos y abocando a nuestros mayores de 55 años a la más extrema pobreza.