Los salarios deben subir para que los trabajadores y las trabajadoras ganen calidad de vida
Fecha: 13 Sep 2016
Los datos de IPC publicados en el día de hoy revela una vez más que el crecimiento económico, aunque frágil y desequilibrado, no llega a las familias, que han visto que las políticas de austeridad impuestas han incrementado la desigualdad y la pobreza, mientras las empresas siguen mejorando su cuenta de resultados. Ante esto, UGT considera imprescindible que los salarios no solo crezcan por encima del IPC, sino que participen de los frutos del crecimiento del PIB, que crece a una media del 3% anual. Solo con una economía centrada en las personas conseguiremos asentar la senda de crecimiento y elevar los niveles de bienestar social en nuestro país.
Según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa anual aumentó cinco décimas, hasta el -0,1%, y la variación mensual de los precios ha aumentado ocho décimas, y se sitúa en el 0,1%. La inflación subyacente, que mide la variación general de precios descontando los alimentos no elaborados y los productos energéticos, aumenta dos décimas y se sitúa en el 0,9%, un punto por encima del IPC general. Por su parte, en el mes de agosto la tasa de variación anual del IPC Armonizado (IPCA) se sitúa en –0,3%. De este modo, el IPCA de España se sitúa cinco décimas por debajo de la tasa media de la eurozona, que se mantiene estable en el 0,2%, según el dato provisional. Es decir, a pesar de la mejora puntual y estacional de alguno de los indicadores de precios, el IPC en España sigue en negativo.
Conclusión:
La evolución de los precios en España sigue en negativo, síntoma del inconsistente crecimiento de nuestra economía. Porque el PIB crece pero no llega a los trabajadores, puesto que las políticas de austeridad y recortes están poniendo en peligro la propia estabilidad macroeconómica y el cumplimiento de los objetivos de déficit, y empeorando la calidad de vida de las familias.
Para lograr la sostenibilidad económica y social del crecimiento urgen políticas fiscales y sociales expansivas, para poder reconstruir el modelo social europeo, con una sociedad cohesionada, con igualdad de oportunidades y con derechos conseguidos mediante la negociación colectiva. Y estas políticas deben in acompañadas de nuevas políticas de distribución, en las que la negociación colectiva, que es donde se gesta la distribución primaria de la riqueza, tenga un papel fundamental.
Ya es momento de que todos los sectores institucionales participen del crecimiento del PIB. Los trabajadores y las trabajadoras también, es decir, los asalariados deben ganar poder de compra, teniendo en cuenta la situación en las empresas y la productividad, pero también teniendo en cuenta que los costes laborales en España han crecido muy poco en los últimos años, menos que en la mayoría de países de la zona euro.
El ajuste de salarios ya se ha hizo. Ahora toca que las familias puedan llegar a fin de mes mejor y puedan comprar más. Ahora toca que las empresas vendan más porque las familias puedan comprar más. Toca crecer enriqueciéndonos todos y no empobreciendo a los débiles, como hasta ahora. Por eso el objetivo es que los trabajadores y las trabajadoras ganen calidad de vida, que recuperen la situación que tenían al menos antes de la crisis, en 2007. Y eso depende de muchas cosas:
- Depende de que se genere más y mejor empleo. Pero si no se retiran las reformas laborales de 2010 y, sobre todo, de 2012, eso no es posible.
- Depende de que se suba el salario mínimo a un nivel digno, al menos a 800 euros en el primer año, para atacar las situaciones de salarios ínfimos y pobreza laboral.
- Depende de que aumente el salario de los empleados y empleadas públicos.
- Depende de que se mejore el sistema de prestaciones por desempleo, para que llegue a más personas y reciban prestaciones más dignas.
- Depende de que se establezca una Prestación de Ingresos Mínimos para todos los trabajadores que quieren trabajar y no pueden, y que no perciben ya ninguna prestación, como hemos pedido UGT y CCOO, recogiendo 660.000 firmas para que sea debatido en el Parlamento.
Pero también depende de que sus salarios crezcan, puesto que los salarios son la fuente fundamental de ingresos del 90% de los hogares y, por tanto, el sustento principal de millones de familias. Sin salarios dignos, ni habrá recuperación económica sostenida, ni habrá mejora del bienestar de la mayoría de la población española. Es decir, se trata de cambiar el eje de giro: la economía debe centrarse en el bienestar de las personas. Es justo en términos sociales e imprescindible en términos económicos, porque sin salarios dignos no hay bienestar ni crecimiento.