Pepe Álvarez: "No hemos hecho ninguna concesión en el acuerdo en pensiones"
Fecha: 31 May 2021
Entrevista a Pepe Álvarez, seretario general de UGT, en el Grupo Vocento
A la edad en la que la mayoría se jubila, él encara otro mandato al frente de la UGT. Además, esta vez aupado por una aplastante mayoría. Y aunque no se lo plantea, no descarta un tercero, pues dice que su felicidad la encuentra en «trabajar cada día para conseguir que la gente pueda estar un poquito mejor». Pepe Álvarez (Belmonte de Miranda, Asturias, 1956), ataviado con su característico fular de múltiples colores, nos recibe en su despacho, presidido por un grafiti callejero, con una sonrisa por el acuerdo que ese mismo día se firmó sobre los ERTE y el que ya da por cerrado sobre pensiones.
–Enhorabuena, Pepe. Una victoria esta vez sí por goleada. ¿Orgulloso?
–Más que por resultado, estoy orgulloso de cómo se desarrolló el Congreso, hay quien dice que inédito. Nunca he visto un Congreso con tanta ilusión, con tantas ganas.
–¿Qué ha cambiado en estos cinco años?
–El sindicalismo tiene que renovarse, tiene que hablar claro. El sindicato tiene que pensar más en qué piensa la gente y cómo habla la gente que en quedar bien con los que nunca nos van a representar. A veces hay un cierto tabú o un cierto miedo al ridículo de no decir las cosas por su nombre, porque parece que queda mal.
–¿Entonces no se habla lo suficientemente claro?
–Durante un tiempo largo creo que no se han dicho las cosas por su nombre como se tenían que decir. ¿Quién ha empezado a hablar de derogación de reformas laborales? ¿Quién ha empezado a hablar de derogación de la reforma de las pensiones de 2013 del PP? Antes de que llegara la dirección actual de UGT no era una palabra habitual. Creo que esto nos ha acercado a la gente. No se puede dirigir ni hacer sindicalismos con complejos.
–¿La pandemia en cierta forma os está reforzando?
–La pandemia nos ha sacado a los sindicatos de los centros de trabajo. La pandemia nos ha situado en la sociedad y hay cientos de miles de trabajadores que nos han visto y se han dado cuenta de cuál es la utilidad del sindicato. Y eso indudablemente nos ha reforzado.
–¿Y para cuándo el sorpasso a CC OO?
–Yo, francamente, no me levanto cada día pensando que hay que ganar las elecciones a CC OO. La cuestión es ver cómo extendemos el sindicato a más empresas. Me importa mucho más extenderme que competir con CC OO.
–Costó pero por fin tenemos acuerdo sobre los ERTE. ¿No supondrá un mayor gasto al elevarse las cotizaciones de los que se reactivan?
–El Gobierno se ha emperrado en esta historia que me parece bastante irracional, porque vamos a tener restaurantes u hoteles que si han abierto esta pasada semana van a tener menos bonificación que los que abran la semana que viene después de que se ponga en marcha el nuevo decreto. Y efectivamente el coste para el Estado es superior el decreto actual que la prórroga. Pero bien está lo que bien acaba.
–El mismo día del acuerdo Garamendi cargó duramente contra Escrivá. Pero también los sindicatos le acusaron anteriormente de cierta «cerrazón» y falta de tablas en la negociación. ¿No hay sintonía con el ministro?
–Cualquier ciudadano sabe que el ministro tiene unas características peculiares, porque es un señor que no viene de la política y por tanto eso le genera seguramente más contradicciones. Es un señor académicamente muy formado y por tanto seguramente tira más de teoría que de práctica. Nosotros, en cambio, tenemos tendencia a tirar más de práctica que de teoría, y por eso a veces hay cierta dificultad. Pero en los próximos días vamos a visualizar el casi acuerdo en pensiones que hemos hecho con él. Porque estamos en una negociación ya muy avanzada, casi terminada. Y efectivamente ha tenido cintura, porque de las posiciones que tenía inicialmente a las que tiene hoy ha caminado un trecho muy importante.
–¿Y vosotros? ¿También habéis hecho concesiones?
–Yo no tengo conciencia de que hayamos tragado nada porque no podemos tragar. Creo que los sindicatos no hemos hecho ninguna concesión.
–¿Ni siquiera en las prejubilaciones, que se endurecen en muchos casos?
–No, no empeoran. Las condiciones de las personas que estén en desempleo no. Porque nosotros no estamos a favor de la jubilación a los 63 voluntaria en unas condiciones óptimas. Ahora lo que hemos hecho es mejorar para las personas que estén en desempleo que se jubilen anticipadamente. Si tienen una carrera larga van a tener menos coeficiente reductor que tenían ahora. Por tanto no hay ninguna concesión. La única cosa es que la prejubilación se contaba por trimestres y ahora por meses. El otro tema que es que las personas destopadas si se jubilan anticipadamente el coeficiente reductor es menor, va a continuar siendo menor en un proceso de tiempo que irá decayendo en función de la subida de la pensión máxima, de tal manera que nadie perderá expectativas en relación con la situación que tiene hoy.
–¿Cómo tendría que ser el nuevo factor de sostenibilidad?
–Vamos a asimilar esto. Vamos a disfrutar de este gran acuerdo que creo que es un gran acuerdo del diálogo social. Nosotros este sí que lo vamos a celebrar. Sé que en el acuerdo de 2011 las organizaciones sindicales hicimos muchísimas concesiones. Tantas, que incluso discutiblemente había una mayoría en el sindicato que estuviera de acuerdo con que llegáramos al acuerdo.
–Escrivá sostiene que el grueso del incremento del gasto en pensiones se compensará con el retraso en la edad real de jubilación. ¿Estás de acuerdo?
–Nosotros en todo caso creemos que la sostenibilidad del sistema viene por los destopes. No podemos tener un tope de 48.000 euros. Hay que ir a un proceso progresivo muy tranquilo, no se trata de que las empresas se ahoguen, pero sí que tengan un calendario que nos aproxime a los destopes de la UE. Queremos que definitivamente se cierren los pagos que hace la Seguridad Social que no son propios y las cuotas vayan a pagar la pensiones y queremos que haya un impuesto que vaya directamente a la Seguridad Social. Hay que empezar a trabajar con la idea de que los robots, las nuevas tecnologías, coticen a la Seguridad Social. Si no va a ser imposible que a medio plazo se pueda mantener no solo el sistema de la Seguridad Social, sino el sistema de vida de nuestro país.
–Más retrasada está la negociación de la contrarreforma laboral. ¿En qué punto estamos?
–En realidad, no hay punto. Lo que hacemos es debatir temas y saber cuál es la posición de cada cual. Al final veremos cuáles son los temas que hemos de acordar tripartitamente, cuáles tenemos que acordar bipartitamente y cuáles son los que el Gobierno haciendo uso de las prerrogativas legales que tiene plantea los cambios.
–¿Entonces ya das por hecho que no va a haber un acuerdo tripartito?
–Seguro que no. Eso lo da por hecho todo el país. Solo hay que escuchar lo que dice la CEOE. El Gobierno, y el presidente también, sabe que el acuerdo de todos va a ser muy difícil. Ni siquiera con nosotros de todo. Porque yo no voy a acordar según qué cuestiones que no sean verificables que tienen efecto. Tenemos las causas objetivas de despido. Se han de revisar. En España se puede despedir porque se quiere y no es razonable que las empresas puedan despedir porque quieran. Es decir, todas estas cuestiones dudo que seamos capaces de conseguir un acuerdo que nos dé plena satisfacción a las organizaciones sindicales. En alguna de ellas podemos acordar, pero hay algunas que no. Para UGT en los temas de contratación, o los acuerdos son verificables, lo que quiere decir que hay la plena seguridad de que en seis meses vamos a bajar 3, 4 o 5 puntos de temporalidad, o no lo vamos a firmar.
–¿Y eso cómo se puede hacer? ¿Se conseguirá solo simplificando a tres los contratos?
–No, eso no es relativamente importante. Yo creo que en España no hay tantos contratos como se dice y el problema no radica principalmente en el número de contratos, cuatro de cualquier forma van a ser insuficientes, radica en la permisividad que tiene el empresario de que le cuesta menos contratar irregularmente aunque lo pillen que hacerlo legalmente. Y ahí no sé si nos vamos a poner de acuerdo. Y digo estas dos cuestiones por no hablar de negociación colectiva, donde si no recuperamos el convenio de empresa o la ultraactividad no vamos a ir a ningún sitio. Y no sé si todas estas cuestiones van a tener soporte de la patronal y ni siquiera sé si van a contar con el soporte del Gobierno, aunque creo que el Gobierno va a cumplir.
–¿Seguiréis mientras tanto con las movilizaciones?
–Sin ninguna duda, esta fortaleza que hemos recuperado la vamos a utilizar en la calle. De hecho, vamos a seguir en la calle hasta que no se haga y vamos a mantener el calendario de movilizaciones. Y con un elemento de primer orden que es el SMI, que tiene que subir en 2021.
–¿No dais por perdida entonces esta batalla?
–Este año subirá el salario mínimo. Yo de eso no tengo ninguna duda. El Gobierno tiene que cumplir lo que dijo, que iba a revisarlo en la segunda parte del año. Vamos a entrar en la segunda parte del año y hay que revisarlo, porque además el estallido del crecimiento económico que va a haber en julio va a ser brutal.
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