Qatar, un país que según el Informe de Derechos Humanos de la CSI viola sistemáticamente los derechos humanos, especialmente los de las personas migrantes, y que sólo tiene seis convenios de la OIT ratificados (de un total de 190), sigue manteniendo en la práctica un brutal sistema de relaciones laborales, la Kafala, en el que los empleadores disponen de sus trabajadores de por vida, hasta que decidan los primeros prescindir de los segundos, y sometiéndolos a todo tipo de abusos. Son de sobra conocidas las terribles condiciones de esclavitud en las que decenas de miles de personas migrantes han vivido y viven en el país del Golfo.

En el recientemente congreso de la Confederación Europea de Sindicatos, las dos centrales españolas apoyaban la resolución que denunciaba una posible presidencia catarí de la CIT por la negativa de ese país de cumplir y respetar las normas internacionales fundamentales del trabajo.

CCOO y UGT son conscientes de las tremendas presiones que existen desde hace tiempo sobre la OIT y sobre el tripartismo. Nada más lejano de su intención que el este asunto se utilice para abundar en el ataque sobre una organización que es nuestra y defendemos. Por eso mismo, por la alta opinión de la OIT y por la activa lucha de las organizaciones sindicales españolas en favor de los derechos de los y las trabajadoras en el mundo, las dos confederaciones estiman del todo inapropiado y un insulto al sistema de normas internacionales la presidencia catarí. Qatar debiera haber renunciado a esta oportunidad que le corresponde, no por su cuidado de las normas y estándares de la OIT, sino por un sistema consuetudinario de rotación y aprovecharla para hacer una apuesta decidida y creíble por mejorar las condiciones de las personas que en su país siguen siendo explotadas, extorsionadas o se ven privadas de derechos. La mejor presidencia será la que concluya con un firme compromiso de ratificación de los convenios fundamentales que este país sigue insistiendo en ignorar mientras preside la asamblea tripartita más importante del mundo.