Las principales centrales sindicales brasileñas, junto a numerosos movimientos sociales, han convocado para el día de hoy (7 de agosto) una jornada nacional de luto y lucha contra la desastrosa gestión del presidente Bolsonaro frente a la expansión del COVID-19 en el país sudamericano.

Brasil se acerca ya a los tres millones de personas contagiadas y han fallecido casi cien mil personas desde la llegada del virus al país. El gobierno de ultraderecha liderado por Bolsonaro negó desde el primer momento la importancia del virus y el peligro que supone para la salud de los brasileños. El mismo presidente invitó a la población en numerosas oportunidades a no respetar las medidas de prevención para intentar contrarrestar el virus. Ni las terribles cifras de contagios y muertes que afectan a Brasil ni su propio contagio previnieron al presidente sobre la necesidad de implementar una verdadera estrategia de prevención y atención sanitaria a la población.

Por estas razones las centrales sindicales brasileñas (CUT, Força Sindical, UGT, CTB, Nova Central, CSB, CSP/Conlutas, Intersindical, Intersindical/Instrumento de Luta, CGTB e Central Pública) organizarán durante la jornada diferentes actos, protestas, paros parciales y movilizaciones en todas las regiones de Brasil.

El movimiento sindical brasileño también exige el mantenimiento de la ayuda de emergencia de 600 reales (95€) hasta diciembre de 2020, el fortalecimiento del sistema de salud (SUS), la ampliación de las cuotas del seguro de desempleo, la distribución de equipos de protección individual y colectiva para ciudadanos y trabajadores, así como un verdadero programa de créditos para micro y pequeñas empresas.

La experiencia de Brasil demuestra la falsedad del dilema entre salud y economía, planteado mayoritariamente por lideres de derecha en todo el mundo. El gigante sudamericano no solo enfrenta la mayores cifras de contagios y mortalidad de latinoamérica sino que también esta experimentando una grandísimo impacto sobre su economía, con la perdida masiva de empleos y empresas. A esta grave situación se añade la amenaza de una profundización del modelo económico antisocial impulsado por el ultraliberal ministro de economía brasileño, Paulo Guedes, quien manifestó recientemente sus intenciones de emprender una agenda de privatizaciones y bajada de impuestos.

Desde UGT saludamos la unidad de acción demostrada por las organizaciones sindicales brasileñas en esta jornada y apoyamos sus justas reivindicaciones ante la desastrosa gestión del gobierno de ultraderecha de Brasil. Confiamos en que, en el contexto actual de Brasil, la unidad sindical es la mejor forma de proteger a los trabajadores y de organizar una respuesta social que devuelva a Brasil a la senda del cuidado de sus ciudadanos, la democracia y la justicia social.