La ciudadanía exige transparencia, participación y control sindical ante la IA laboral

El último barómetro especial de Eurostat dedicado a la IA y el futuro del trabajo confirma la emergencia de poner límites a su uso laboral. UGT interpreta estos resultados como un mandato para normativizar a cualquier IA laboral bajo estándares de justicia, explicabilidad y protección del empleo

Fecha: 20 Feb 2025

Inteligencia artificial

Si bien a UGT no le cabía duda de que la ciudadanía española acogía con gran incertidumbre la aplicación de la IA al mundo de trabajo, los resultados de la encuesta europea vienen a confirmar la necesidad de regular su uso mediante la rendición de cuentas y la participación y control sindical.

Los datos no pueden ser más contundentes. Tres de cada cuatro personas consideran que “a causa del uso de los robots y la inteligencia artificial, desaparecerán más trabajos en vez de crearse nuevos trabajos”, refirmándolo cuando un 74% asevera que “los robots y la inteligencia artificial quitan los puestos de trabajo a las personas”.

Además, se rechaza el discurso imperante sobre que la IA vendrá a quitarnos carga de trabajo. De hecho, dos de cada tres ciudadanos opinan que “los robots y la inteligencia artificial aumentan el ritmo al que los trabajadores completan las tareas”, tal y como se ha demostrado con la gestión de personas en las plataformas digitales.

La mitad de la ciudadanía considera que la IA toma decisiones erróneas en el lugar de trabajo, refutando abrumadoramente su uso para seleccionar personal, evaluar el rendimiento, supervisar las tareas o para “despedir automáticamente”, alcanzado un 78% de oposición en este último caso (a pesar de que este último supuesto sea terreno vetado por las leyes vigentes).
Para nuestra fuerza de trabajo, la regulación es la mejor opción para evitar un uso fraudulento de la IA: un 71% desea imponer una mayor transparencia en las decisiones basada en algoritmos; un 70% propone prohibir las decisiones laborales automatizadas y un 66% está de acuerdo en limitar por ley la supervisión automatizada de las personas trabajadoras.

Como vehículo perfecto para vigilar los sesgos inherentes a esta tecnología, los peligros que se ciernen sobre el empleo o para frenar los abusos relacionados con la hipervigilancia y la sobrecarga de trabajo, nuestra ciudadana lo tiene claro: elige la participación y control sindical. Hasta un 75% de las personas encuestadas suscribió la importancia de “implicar a los trabajadores y a sus representantes en el diseño y la adopción de nuevas tecnologías”.


Fuente: UGT