La precariedad del sector les convierte en carne de cañón del desempleo

Desde el departamento de Juventud de la Federación de Servicios Movilidad y Consumo de UGT (FeSMC-UGT) y RUGE-Revolución Ugetista (la organización juvenil de UGT) nos vemos en la obligación de lanzar una urgente llamada de socorro.

Una gran parte de la población joven ocupada en nuestro país trabaja en el macro sector turístico. La precariedad siempre asociada a algunos de estos puestos de trabajo, acrecentada por la reforma laboral y políticas neoliberales de los últimos años, ha experimentado un aumento exponencial de la inestabilidad e incertidumbre que arrojan este tipo de empleos.

Debemos recordar que esta generación de jóvenes, herederos de la crisis económica de 2008, en muchos casos son personas que llevan hasta 10 años viviendo una eterna inestabilidad laboral bajo la promesa de encontrar un puesto de trabajo estable y en condiciones dignas que nunca llega. Todo esto ha producido todo un sistema de precariedad laboral que cada vez hace más difícil tener un proyecto de vida propio y duradero a estas personas.

Todo ello, en un contexto como el actual, tras una crisis provocada por una pandemia sin precedentes y con medidas que han cambiado a la fuerza nuestra forma de ocio, de viajar y, en definitiva, de consumir, nos está llevando a una situación extrema.

La afectación de la industria turística y del sector servicios en general, nos lleva a la máxima alerta, ya que vemos como peligran cientos de miles de puestos de trabajo, estacionales y mayoritariamente ocupados por personas jóvenes.

Si bien es cierto que nuestro país debe tender a un cambio en el modelo productivo más sostenible y diversificado, no es menos cierto que hasta que esa realidad llegue, la actual situación nos exige defender esos puestos de trabajo y exigir unas medidas de protección social que den certidumbre y una salida a todas estas personas trabajadoras de los sectores especialmente golpeados en estos momentos (hostelería, restauración, ocio y tiempo libre, entre otros). No se puede dejar caer a un sector que representa el 13,1 % del PIB y ocupa a miles de personas jóvenes.

Por tanto, RUGE y el Departamento de Juventud de FeSMC de UGT pedimos que se adopte una estrategia urgente para dar una solución inmediata a todas estas familias que están en riesgo de desempleo y exclusión social y, además, se avance en unas propuestas que den solución al problema del modelo productivo de nuestro país.

Esta llamada no solo va dirigida a las instituciones y administraciones públicas de nuestro país, también a la parte empresarial, quienes están en la obligación de asumir su papel en la reconstrucción económica de España, analizando errores para evitar que se vuelvan a cometer. Una nueva normalidad exige, inapelablemente, un cambio en las conductas depredadoras de ciertas empresas y construir un modelo de sociedad y relaciones laborales más equilibrado y participativo.

Sumado a lo anterior, en estos días hemos conocido las medidas unilaterales y arbitrarias de países como Inglaterra, Alemania y Bélgica, que atentan directamente contra los millones de puestos de trabajo que se asocian a la industria del turismo en nuestro país: la hostelería, el ocio nocturno, cultural, el transporte en todas sus vertientes, comercio...

Esta situación pone en evidencia la falta de coordinación y políticas de acción conjunta en el ámbito de la UE, que eviten la toma de decisiones unilaterales de unos países que terminan perjudicando a otros en base a argumentos discutibles y poco fundamentados.

Por tanto, debemos exigir a nuestros socios comunitarios que no adopten medidas egoístas, no llamen al alarmismo y, sobre todo, no criminalicen países o culturas concretas haciendo recomendaciones infundadas, sin ningún tipo de dato objetivo contrastable. Un claro ejemplo de esto es que Inglaterra, actualmente, tiene una situación epidemiológica peor que la española y, sin embargo, dispara contra España para intentar que sus conciudadanos no consuman o vengan a nuestro país.

No debemos permitir que se construya una Europa insolidaria, al servicio de unos pocos intereses, sino que es el momento de hacer de nuestra Unión Europea un verdadero proyecto de construcción de sociedad igualitaria y justa.