La transición ecológica debe mejorar el empleo, reducir las desigualdades y ser socialmente justa
Fecha: 19 Feb 2021
En el consultorio monográfico se ha hablado este viernes de “Transición justa y empleo”
UGT ha dedicado este viernes su consultorio semanal monográfico a hablar sobre el binomio entre transición justa y empleo, con el objetivo de saber qué hay que hacer para ser efectivos nadie se queda atrás en el necesario cambio de modelo productivo que necesita nuestro país, para hacer frente a los retos del cambio climático.
Para analizar este tema han intervenido Manuel Riera, técnico de medio ambiente de UGT; José Luis de la Cruz, asesor de medio ambiente del sindicato, que ha elaborado el proyecto MAVETJ (Mapa de vulnerabilidad del empleo para una Transición Justa); y Mónica Calonge, responsable de medio ambiente de UGT Cantabria, donde están llevando a nivel local un proyecto para analizar las consecuencias de esta transición justa en el territorio, y observar en qué se puede mejorar.
Daniel Pueyo, técnico del Servicio de Estudios Confederal ha sido el encargado de responder las dudas laborales de los seguidores de este consultorio.
Riera ha explicado que la transición justa “es un término que proviene el mundo sindical. Después de años de lucha se consiguió que se incluyera en el preámbulo del Acuerdo de París en 2015”. Ha aclarado que España es un país puntero en Transición Justa porque tenemos una Estrategia, un Instituto y unos convenios, que sirven para buscar medidas urgentes en aquellos territorios que son los primeros que se están viendo afectados por la transición energética y ecológica. Pero a pesar de todo “está habiendo ciertos problemas y no se están haciendo las cosas como se deberían en algunos territorios, porque se están cerrando empresas y no se está dando una alternativa real a las personas que se están quedando sin empleo”.
Asimismo, ha mencionado cinco claves que UGT considera debe regir la transición justa: crear alternativas reales a las personas trabajadoras (que se les pueda dar un futuro al conjunto del territorio); anticipar medidas, es decir, ser capaz de dar soluciones previamente a que se cierren las fábricas; y facilitar protección social, teniendo en cuenta a los trabajadores más vulnerables. Otras dos claves serían la formación “porque el futuro del trabajo va a sufrir un cambio enorme y necesitamos recualificar a los trabajadores para los nuevos empleos que se van a crear” y la quinta clave es el diálogo. Diálogo entre ministerios, a distintos niveles (Estado, territorios y municipios) y el diálogo con los agentes sociales, con los sindicatos, “porque nosotros como representantes de los trabajadores tenemos mucho que decir”.
Riera ha aclarado que la sociedad es consciente de la necesidad de una transición justa porque últimamente se está hablando más, “aunque hace 15 años solo los sindicatos hablábamos de esto. Por eso, desde el punto de vista sindical, tenemos que sentirnos orgullosos”. Sabemos que la transición ecológica se va a dar sí o sí, no hay alternativa, pero no podemos olvidarnos de su impacto sobre las sociedades y el empleo. Tenemos que buscar nuevas fórmulas de crecimiento en el que las personas estén en el centro, en el que haya justicia social y eso solo se puede hacer desde la transición justa.
El Mapa de vulnerabilidad del empleo para una Transición Justa, una herramienta útil y práctica
José Luis De la Cruz ha contado las claves y los resultados del proyecto MAVETJ, y su utilidad en nuestro país. Este proyecto tiene como objetivo principal favorecer una transición justa en los sectores productivos principalmente implicados en la adaptación al cambio climático, evitando las consecuencias negativas en el empleo y analizando las oportunidades y los yacimientos laborales derivados de la transición ecológica. Esto permitirá establecer medidas más efectivas en favor de la cohesión social y territorial y de la justicia climática.
De La Cruz ha defendido la utilidad práctica de este mapa: “no solo sirve a los sindicatos, si no también, al Gobierno” para establecer líneas de actuación. “Sabemos cuáles van a ser las variables físicas del cambio climático en nuestro país, y nosotros las cotejamos con las variables socioeconómicas”. Medimos su impacto. Por ejemplo, vemos dónde hay más riesgo de incendios en España y en estas zonas se tendrán que incentivar los empleos de custodia y vigilancia para prevenirlos. Se trata de adelantarse a esos sucesos futuros y cercanos que pueden ir llegando.
Asimismo, ha señalado que “España va por el único camino posible para afrontar el cambio climático, no hay otro”. El camino nos la marca también Europa. Eso sí vamos lentos, llevamos 10 años de retraso mínimo en la lucha contra el cambio climático. Veo difícil recuperar en los próximos años, lo que no hemos hecho anteriormente.
“Tenemos que restringirnos y no superar los 2º, porque un grado más de temperatura tiene efectos catastróficos en sectores económicos como la agricultura, el turismo, la energía, etc. No es que tengamos una segunda oportunidad, es que lo siguiente es una crisis de verdad, donde realmente haya una pérdida de calidad de vida de los trabajadores y ciudadanos en general”
Un análisis, comarca por comarca, para garantizar el éxito de la transición justa en Cantabria
Por su parte, Mónica Calonge, ha manifestado “la necesidad y la obligatoriedad de adaptarnos a los cambios que vienen como consecuencias del cambio climático en los distintos territorios”.
Desde UGT llevamos varios años reclamando a los distintos Gobiernos de la Comunidad la necesidad de hacer este estudio. Había buenas palabras, pero ninguna acción. Además, hay que preguntarse ¿transición justa hacia dónde. Hacia dónde van a ir los trabajadores/as de los sectores más afectados en Cantabria, hacia dónde vamos a hacer qué transiten?
Para ello siguiendo el ejemplo del mapa de vulnerabilidad del Confederal "vamos a hacer un estudio, en base a una serie de cuestionarios y entrevistas, viendo las debilidades, las amenazas, y las oportunidades, comarca por comarca". El objetivo es que concluir este análisis a finales de este año. Se trata de ver hacia dónde nos podemos dirigir para atraer nuevas actividades que nos permitan hacer una transición justa y ver las necesidades de formación y capacitación profesional de los trabajadores y trabajadoras.