“Acabar con el sinhogarismo exige cambios estructurales en el sistema que rodea a las personas sin hogar”, ha considerado, por lo que “desde UGT planteamos la exigencia de respeto de los derechos humanos de las personas sin hogar, que no cumplen muchos estados; la necesidad de políticas de prevención, pues la única política de prevención es la vivienda social y esta no está dirigida a estas personas; y la necesidad de un marco común para las políticas de lucha contra el sinhogarismo que haga que todos los países cumplan con determinados estándares, de políticas, medios y datos estadísticos para acabar con esta lacra”.

Un fenómeno de las personas sin hogar que afecta a toda la Unión Europea. “Según Eurostat, el 4% de los ciudadanos de la UE afirman haber estado sin hogar al menos una vez en su vida, aunque esta cifra varía mucho entre los estados miembros. Por ello, se deben poner en marcha políticas de lucha contra el sinhogarismo basadas en el derecho a una vivienda social asequible y adecuada, ya que el sinhogarismo no es una situación preexistente, sino que es el resultado de decisiones políticas y económicas”. 

En este sentido, ha exigido la promoción de la política “housing first”, la cual ha demostrado ser la política necesaria para hacer frente a la lacra del sinhogarismo en Europa. Esta metodología de intervención social proporciona a las personas sin hogar una vivienda estable e independiente con un apoyo profesional que satisfaga sus necesidades, garantizando la provisión de alquileres seguros y asequibles”. 

Paralelamente, ha afirmado la necesidad de impulsar “políticas de protección social para garantizar una vida digna y políticas activas de empleo, es decir, medidas que puedan ayudar a las personas a retomar el timón de su vida y apoyarlas en el camino que va de estar sin hogar a tener un empleo de calidad”.

Un marco de financiación estable

Durante su intervención, Mari Carmen Barrera ha abogado por un “marco y una financiación a la escala de la UE para combatir este fenómeno, con medidas como los regímenes de renta mínima, que suponen una respuesta eficaz que desempeña un papel crucial como red de seguridad para las personas desempleadas de larga duración y a menudo representan la única forma de prestación económica disponible para estas personas”. 

De esta forma, ha considerado que “el CESE debe jugar un papel fundamental para defender las políticas sobre las personas sin hogar debido a que, en su tratado fundacional, se recoge la pretensión de acabar con la pobreza, y como representantes de miles de empresas, sindicatos y ONG, estamos especialmente bien situados para lograrlo. Necesitamos un marco común financiero estable, a través del Semestre Europeo, que nos permita luchar con garantías contra el sinhogarismo”.