Los planes de recuperación, una oportunidad para impulsar un modelo económico más sostenible y equitativo
Fecha: 12 Dic 2020
El 12 de diciembre, se cumplen 5 años del Acuerdo de París para luchar contra el Cambio Climático
► UGT considera que los planes de recuperación para salir de la crisis, provocada por la Covid 19, son una oportunidad para establecer un modelo económico más sostenible y equitativo, que favorezca la creación de empleo verde y de calidad.
► El sindicato insta a impulsar una gran transición ecológica justa, sin dejar a nadie atrás, y con una financiación suficiente y estable, porque además de beneficios ambientales, se reportarán beneficios económicos y sociales.
► En este sentido, defiende impulsar las energías renovables, la eficiencia energética, la economía circular, la agricultura y ganadería ecológica, la movilidad sostenible, la rehabilitación de edificios, la protección de la biodiversidad, el turismo sostenible o la gestión eficiente y sostenible del agua.
El 12 de diciembre se cumplen 5 años de la firma del Acuerdo de París y los países están lejos de la drástica reducción de las emisiones que se necesita en la próxima década para evitar los impactos más fuertes del cambio climático, que implican, además de pérdida de vidas humanas y de biodiversidad, innumerables costes económicos y grandes implicaciones sociales. Si no se emprende una acción por el clima ambiciosa, será imposible garantizar el desarrollo sostenible de Europa y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, acordados a escala mundial.
En el informe especial sobre los impactos del calentamiento global de 1,5ºC del IPCC, se señala que para limitar el calentamiento global a 1,5 °C se necesitarían transiciones "rápidas y de gran alcance" en aspectos tan esenciales como el uso de la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Sería necesario que las emisiones netas globales de dióxido de carbono (CO2) de origen humano disminuyeran en 2030 alrededor de un 45% respecto de los niveles de 2010, y siguieran disminuyendo hasta alcanzar el "cero neto" aproximadamente en 2050.
En España hay que impulsar una transición justa
España, que es especialmente vulnerable a los efectos del calentamiento global, está avanzando en la materia, especialmente con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que sigue tramitándose en Las Cortes.
A pesar de ello, la Ley se encuentra alejada de las recomendaciones científicas para cumplir con el Acuerdo de París, al apostar por una reducción de las emisiones del 23 % en 2030 respecto a 1990. También se encuentra lejos del 55% de reducción que acaba de adoptar el Consejo Europeo. Sería necesaria una mayor ambición, pero ésta solo será posible si va acompañada de medidas de transición justa, que pongan a las personas en el centro y den alternativas tanto a los trabajadores y trabajadoras afectados, como a los territorios más vulnerables.
La justicia climática y social tiene que ser la base del proceso, para que podamos reducir las emisiones, al mismo tiempo que reducimos la desigualdad social y ofrecemos un futuro prometedor al conjunto de la sociedad.
Por otro lado, según adelanta un estudio realizado por BC3 (Basque Centre for Climate Change) y el Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (Otea), las emisiones de gases de efecto invernadero descenderán un 15% este año en España. Por primera vez estarán por debajo del nivel de 1990, un 7% menos. Pero este descenso sin precedentes se debe principalmente a las restricciones impuestas por la crisis del coronavirus.
Hay que aprovechar el momento en el que nos encontramos y enfocar los planes de recuperación para salir de la crisis como una oportunidad para reducir las emisiones, estableciendo un modelo económico más sostenible y equitativo. España necesita una gran transición ecológica justa, que no deje a nadie atrás y que esté en consonancia con los compromisos adquiridos con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Ahora más que nunca, debido a las consecuencias que ha ocasionado la pandemia de la Covid-19, debemos construir un nuevo sistema productivo y social que constituya una importante fuente de empleo verde y de calidad.
En España hay un enorme potencial en relación con la transición ecológica que tiene que ser impulsado y apoyado con financiación suficiente y estable. Apostar por las energías renovables, la eficiencia energética, la economía circular, la agricultura y ganadería ecológica, la movilidad sostenible, la rehabilitación de edificios, la protección de la biodiversidad, el turismo sostenible, la gestión sostenible y eficiente del agua, etc. nos aportará, además de beneficios ambientales, beneficios desde el punto de vista económico y social.
El Acuerdo de París
El Acuerdo de París se acordó el 12 de diciembre de 2015 en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21). Fue el punto de partida para que 195 países iniciaran el abandono de los combustibles fósiles y asumieran el objetivo de evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales, promoviendo esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.
De esta manera, el Acuerdo recoge la mayor ambición posible para reducir los riesgos y los impactos del cambio climático en todo el mundo. Además, reconoce la necesidad de que las emisiones globales toquen techo lo antes posible, asumiendo que esta tarea llevará más tiempo para los países en desarrollo. En cuanto a las sendas de reducción de emisiones a medio y largo plazo, se establece la necesidad de conseguir la neutralidad de las emisiones, es decir, un equilibrio entre las emisiones y las absorciones de gases de efecto invernadero en la segunda mitad de siglo. Por otro lado, en el Acuerdo de París, reconociendo que los países pueden verse afectados no sólo por el cambio climático, sino también por las medidas adoptadas para combatirlo, se decidió incorporar el término de transición justa, “considerando como un imperativo la reconversión justa de la fuerza laboral y la creación de trabajo decente y empleos de calidad”, algo que los sindicatos veníamos tiempo reclamando.
Para lograrlo, cada 5 años todos los países deben comunicar y mantener sus objetivos nacionales de reducción de emisiones, además de poner en marcha políticas y medidas nacionales para alcanzar dichos objetivos. El Acuerdo de París reconoce la importancia de ir incrementando la ambición de los compromisos con objetivos cada vez más ambiciosos, por lo que cada 5 años los compromisos de los países han de ser cada vez mayores.
Valoración de Ana García de la Torre,
Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT