Manolo Bonmatí, un referente de la UGT
Fecha: 22 Mar 2020
Manuel Bonmatí Portillo, Manolo, fallecido el viernes a los 73 años en Madrid, ha sido y es un referente en la UGT y de la UGT. Sus valores personales y forma de ser le llevaron a jugar un papel fundamental en la reconstrucción del sindicato y del PSOE en Andalucía (especialmente en Sevilla) en la clandestinidad, así como durante la Transición. Adquirió protagonismo con el nacimiento de la Federación de Hostelería y Turismo, de la que fue secretario general. Una vez elegido en la comisión ejecutiva confederal de UGT, su prestigio y bonhomía lo llevarían a ser reelegido (1986-2013) y dirigir tres décadas la diplomacia ugetista.
Pero Manolo fue y es un referente de la UGT y del sindicalismo mundial. Fue quien representó a nuestra organización durante una época esencial en el ámbito sindical internacional: la integración europea y la consiguiente renovación de la Confederación Europea de Sindicatos (en la que trabajó para que se integraran también en ella organizaciones provenientes de los espacios ideológicos democristiano y comunista), así como en la unificación del sindicalismo mundial con la creación de la Confederación Sindical Internacional. Trabajó duro y dedicó especial empeño a la reestructuración del sindicalismo de las Américas, contribuyendo de manera decisiva a la creación de la Confederación Sindical de las Américas. En toda esta trayectoria siempre fue ganando respeto para su organización e innumerables amigos. Estos procesos tuvieron a la UGT como actor fundamental y a Manolo como protagonista e interlocutor de dirigentes sindicales mundiales, como Ernst Breit, Lula, Emilio Gabaglio, John Monks, Dan Gallin, Guy Ryder, Sharan Burrow, Luis Anderson o Víctor Báez.
Siempre consciente de la importancia de la solidaridad obrera, en el haber de Manolo queda la construcción del Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo (Iscod) de UGT, con el objetivo de devolver al sindicalismo mundial la solidaridad recibida durante la dictadura y de contribuir al desarrollo social, a través del sindical, de América Latina y el Mediterráneo. Coherente siempre, suya fue la idea de que el 0,7% de las cuotas de los afiliados y afiliadas de la UGT se dedicasen a la cooperación sindical al desarrollo, idea hoy estatutaria.
Fue Manuel un hombre orgulloso de su origen, de su clase, familia, barrio y ciudad, elementos que marcaron la personalidad de este trianero del mundo: la solidaridad y la emancipación, el valor de lo colectivo, los valores socialistas, la enorme afición a la lectura que le inculcó su madre, la importancia del conocimiento de la historia del sindicalismo y de la socialdemocracia, el orgullo de la profesión, su disciplina organizativa que marcó que las siglas siempre estuvieran por encima de los intereses individuales, aunque nunca perdiendo el sentido crítico, su internacionalismo proletario, su antibelicismo y su profundo sentido de la amistad.
Manolo deja un enorme vacío, pero un riquísimo legado en UGT y en el internacionalismo y en el socialismo mundiales: el del obrero orgulloso de sus orígenes, sabedor de la fuerza del proletariado unido y del respeto que se le debe por hacer que el mundo gire.
Pepe Álvarez, Secretario General de UGT