Paula Ruíz participa en FEINDEF para hablar de la situación de la mujer en el sector de la defensa y seguridad.
La Coordinadora Confederal de UTC-UGT analiza la situación actual de la mujer, señalando los retos, logros y problemas de la sociedad actual para su integración en un mercado altamente tecnificado.
Fecha: 19 May 2023
En la mesa redonda organizada en la III Feria Internacional de Defensa y Seguridad, FEINDEF, Paula Ruiz abordó la necesidad de dar visibilidad al talento femenino y posicionarlo en el sector industrial, en general, y en el de Defensa y Seguridad, en particular. Para ello, indicó la necesidad de atraer el talento, con unos sistemas educativos que ya progresan y que se encaminan a nuevos modelos en los que prima la tecnología, donde se está viviendo una transformación tecnológica a nivel global y, como resultado, cada vez más se demandan trabajadores/as STEM.
Ruiz resaltó que se van a crear 149 millones de empleos relacionados con la tecnología en los próximos años, “datos con los que podemos afirmar que brecha de género es amplia en sectores con gran proyección”. La cifras que expuso Ruiz indican que las mujeres ocupan el 25% de puestos en ingeniería espacial, 20% ingeniería industrial, 16% ingeniería naval, marina y náutica, 14% informática y 10% en telecomunicaciones, implicando que es un sector muy masculinizado.
En este sentido, la Coordinadora Confederal explicó que la orientación vocacional es clave, hablando de la importancia de empezar a inculcar a edades tempranas, etapas anteriores a la ESO o inicio de bachillerato, el contacto con la informática y la robótica, mostrando a las estudiantes perfiles y modelos de profesionales en el sector a los que puedan aspirar al crecer y formarse. En contraste, Ruiz indicó la necesidad, y la dificultad, de generar más y mejor conocimiento por materias STEAM, problema acentuado por el desconocimiento del profesorado sobre estas materias.
Para Paula Ruiz uno de los retos hace referencia a mostrar que elegir una carrera STEAM puede ofrecer una gran proyección internacional que ofrece la posibilidad de liderar equipos y que tiene una buena remuneración económica. Para ello, hace hincapié en despertar la motivación y hacer más atractivas entre la juventud, en general, y las jóvenes, en particular, las materias científico-tecnológicas en la educación obligatoria y en sus estudios posteriores, poniendo de relieve tres factores fundamentales: psicológico, informativo y social. “La autopercepción limitante de no contar con las capacidades necesarias para este tipo de estudios se trata de un factor más acuciante entre las niñas”, indicaba Ruiz como factor psicológico para trabajar desde edades tempranas. En el ámbito informativo, el desconocimiento de las salidas laborales de los distintos estudios y la percepción que hay sobre el estilo de vida asociado a estas profesiones (poca conciliación, estilos de gestión masculinizados) resulta otro factor limitante, según Ruiz. Los factores sociales que señala Paula Ruiz recogen los estereotipos que hay en relación con este tipo de profesiones así como la falta de referentes, sobre todo femeninos.
Ruiz compartió cifras del sector, exponiendo que están muy masculinizadas. El 36% de los cargos gerentes del sector privado y de los puestos de funcionariado del sector público son ocupados por mujeres. También destaca que las mujeres representan solo el 18,2 % en los consejos de dirección a escala global, según el Informe sobre la brecha de género global de 2020 del Foro Económico Mundial. Paula Ruiz resalta que estas cifras desincentivan a la mujer a la hora de seleccionar el ámbito en el que desarrollar su carrera profesional y, por tanto, es más difícil retener el talento.
Ruiz explicó que “el impulso del talento femenino tiene que formar parte de la cultura de la empresa y debe fomentarse mediante acciones, planes y programas para fidelizar talento y garantizar que las mujeres alcanzan los puestos de mayor responsabilidad y deciden invertir su talento en este sector”. Para ello, Ruiz considera que hay que luchar continuamente con estereotipos como que la mujer es la eterna cuidadora y que está menos comprometida con la empresa, sobre todo a raíz de la maternidad.
La Coordinadora Confederal de la UTC-UGT celebra la inclusión la perspectiva de género en las organizaciones, así como la implicación institucional con la firma de los primeros acuerdos voluntarios entre el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y 31 de las principales empresas de nuestro país, para incrementar, en los próximos cuatro años, la presencia y participación de las mujeres en los puestos de dirección, promoviendo activamente que la igualdad, el mérito y la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. Estos acuerdos incluirían el compromiso de equilibrar en todos los procesos de formación interna la presencia de mujeres y hombres, así como la participación más equilibrada cuando se produzca una vacante en un puesto predirectivo, directivo o en la renovación de un miembro del comité de dirección
En el ámbito de las Fuerzas Armadas y de los conflictos internacionales, Ruiz destaca los retos del liderazgo femenino, así como la necesidad de contar con la participación de mujeres en la gestión de conflictos. También quiso mostrar que “Las mujeres y niñas son doblemente víctimas en los conflictos por la violencia y las agresiones sexuales” y que no fue hasta julio de 2022 que la OTAN incluyó a la mujer en su concepto estratégico. Ruiz resalta que “las mujeres, culturalmente, nos hemos relacionado de una forma distinta a los ejes en los que han socializado los hombres”. Por esto mismo indica “se ha demostrado que tenemos más herramientas de gestión de conflicto, que si en acuerdos de paz participan mujeres hay mejores resultados”. Ruiz aclara, además, que no es una diferencia biológica, es una diferencia de cómo hemos socializado.
Paula Ruiz manifestó que las mujeres quieren aportar, no ocupar sitios por cumplir un número, sino para ayudar a lograr un objetivo. Por ello, señala que “debemos impulsar nuestra participación en reuniones internacionales, fomentar la sensibilización de todos los agentes implicados, mujeres y hombres, sobre las consecuencias que tienen los conflictos para mujeres y niñas”.