Pepe Álvarez: “El homenaje a nuestros investigadores hay que hacerlo con políticas”
Fecha: 28 Abr 2020
Entrevisa a Pepe Álvarez en cuartopoder.es
Este año, los sindicatos se preparan para un Primero de mayo atípico. No habrá manifestaciones físicas, ni abrazos, ni charlas con compañeros de trabajo en medio de la caminata por el centro de Madrid. Pero este año, los españoles inaugurarán el mes aplaudiendo desde su balcones a médicos, enfermeros, celadores o limpiadoras. El coronavirus ha hecho que revaloricemos los trabajos esenciales y lo común frente al discurso del "emprendedor" y el "hombre hecho así mismo".
Cuando el secretario general de UGT, Pepe Álvarez (Belmonte, Asturias, 1956), charla con cuartopoder, también desde la distancia, en su sindicato ultiman los detalles de la convocatoria.
-Este Primero de mayo será muy diferente. UGT, junto a CCOO, ya ha anunciado que este año las manifestaciones físicas serán digitales, ¿en qué consistirán exactamente?
-Queremos que los trabajadores y trabajadoras que quieran nos acompañen después de nuestras intervenciones, dándonos sus opiniones y participando a través de las redes y otros medios. Por otro lado, de las 18 a 20 h. haremos un homenaje [un concierto] a los trabajadores de los servicios esenciales. Al personal sanitario, por supuesto, pero también al personal de limpieza, reponedores, cajeras, las personas que trabajan en las fábricas de alimentación, los que recogen frutas y hortalizas, los que trabajan en la logística, el transporte sanitario, los servicios esenciales... Acabaremos a las 20 h. para sumarnos ese aplauso que se hace a los sanitarios y que nosotros, en este caso, extendemos a todas las personas que han estado trabajando.
-Durante las primeras semanas de crisis se aprobaron varias medidas, entre ellas, los ERTE. En algunas ruedas de prensa ustedes manifestaban su preocupación por la cantidad de solicitudes de despido que se habían recibido durante las primeras semanas ¿en qué punto estamos ahora?
-En total, tenemos 4 millones de personas que están en ERTE, un millón de personas aproximadamente por finalización de contrato y gente por despido. De estos últimos podemos estar hablando de más de 200.000. Eso ocurrió al principio, en estos momentos está estabilizado. A mí me parece que lo razonable es que las empresas utilicen el instrumento del ERTE que les permiten, en algunos casos, incluso tener el 100% de bonificación para la empresa. Es una manera de hibernar su actividad y que cuando llegue el momento de ponerla en marcha se pueda hacer con las máximas garantías y contando con el personal para poder ponerla en marcha de manera inmediata.
Lo importante es que cuando acabe el estado de alarma y los ERTE de fuerza mayor se continúe en el proceso de deshibernación intentando que la entrada a las empresas sea paulatina, de acuerdo con el ritmo de la propia actividad y que realmente hagamos un último esfuerzo que nos permita que en este proceso los puestos de trabajo se mantengan y que la actividad y las empresas puedan mantenerse también.
- Parece que comenzamos la desescalada, y volvieron los no esenciales, ¿los trabajadores están volviendo a su puesto bien protegidos?
-No, seguro que no, sin ningún lugar a dudas. En las empresas donde estamos los sindicatos, creo que se está haciendo con ciertas garantías, pero donde no hay organizaciones sindicales, se está haciendo con pocas. No existen elementos de protección individual (EPI), en unos casos porque no hay y en otros porque en lugar de dárselo a los trabajadores se guarda en un armario. Esto último espero que sea una anécdota y no la tónica general en nuestro país. Sin embargo, esta es una asignatura que va a haber que ir aprobando porque el coronavirus ha venido para quedarse, por lo menos un tiempo. Las empresas tienen que ir acomodando su sistema productivo.
Por otro lado, UGT en la última reunión con el Gobierno le pedimos hacer una certificación para el sector de la hostelería y del turismo que certifique que los establecimientos cumplen unas normas. Así la gente que entra va a tener garantizado que desde el punto de vista de salud no se van a contagiar del coronavirus. Sería un instrumento que nos permitiría ir recuperando la actividad.
Lo mismo ocurre con el comercio. También tenemos que trabajar en medidas que garanticen a los trabajadores van a tener protección y que el público general va a entrar a los establecimientos con orden, guardando las distancias, con el aforo que sea conveniente para ir a un proceso de normalización, al menos, de la situación que nos viene, que no será como antes.
-¿Cómo valora las medidas del Gobierno que hemos visto hasta ahora?
-Creo que en general son positivas. Tampoco han sido un regalo. Las hemos trabajado y hablado primero con la patronal y después con el propio Gobierno. El papel de las organizaciones sindicales en esta crisis ha sido crucial para poder implementar todas estas políticas sociales que hasta ahora el impacto sea menor que otras crisis.
Nos queda una medida que sea capaz de proteger allí donde todas las demás no llegan: el mínimo vital, que nos parece fundamental. Hay cientos de miles de personas que están confinadas en estos momentos que no tienen ningún tipo de ingresos, que han estado trabajando en la economía sumergida, que han ido perdiendo protección durante los últimos meses. Nosotros creemos que este primer mínimo vital se puede poner en marcha ahora, e incluso se puede ir prorrogando mes a mes. Creo que es la medida que nos falta para conseguir esta red de protección amplia, fuerte y que nos ayudará a que nadie quede en el camino.
-¿Qué características debe tener este mínimo vital?
-Lo que hemos pedido es poner este mínimo vital en marcha al margen de la renta mínima vital que el Gobierno quiere establecer y que nosotros propusimos ya hace unos años. Creemos que España necesita una red de protección que empiece en los ayuntamientos y que tenga elementos comunes en el conjunto del país, pero esa ley va a tardar en venir porque hay que negociarla con ayuntamientos, comunidades autónomas, grupos políticos, sindicatos… Eso no vendrá de hoy a mañana.
Sin embargo, sí nos parece que hay consenso en establecer una renta ahora para esta situación. Desde nuestro punto de vista no debería estar por debajo del IPREM, por debajo de los 538 euros mensuales y debería tener en cuenta las cargas familiares. Esos son detalles que espero que podamos entrar a negociar con el Gobierno porque esto ya tenía que estar en marcha.
-A las 20 h. la gente sale a aplaudir a los médicos, sanitarios, limpiadores... ¿cómo trasladar esta revalorización del trabajo a medidas concretas?
-Este Primero de Mayo tiene algunas reflexiones de fondo en las que entraremos cuando pase. Los servicios de salud pública necesitan un replanteamiento general. Lo que nos ha pasado tiene que ver con una pandemia absolutamente brutal, pero también tiene que ver con unos servicios de salud debilitados, recortados y con pocos medios. Eso hay que discutirlo y acordarlo. Creo que la ciudadanía estará empujando ahí como ha ocurrido con las residencias de Madrid.
Hay que hacer una auditoría tanto en tema de salud como en el de las residencias de ancianos que nos permitan visualizar por qué en unas residencias se ha dado más que en otras, los ratios de personal y qué vamos a hacer para que esto no vuelva a pasar en nuestro país. Hay imágenes dantescas que hemos visto en las residencias, con las trabajadoras de estos servicios aguantando las 24 horas el día, sin ir a su casa por no llevar al coronavirus, sin ninguna atención de ningún tipo. Para ellos no ha habido hoteles para quedarse a dormir para no llevar el coronavirus a sus casas.
Creo que estas cuestiones hay que discutirlas y eso significa hablar de política impositiva en este país, que no es justo desde el punto de vista de los impuestos. También del papel de la Unión Europea pensando en el futuro. Nos parece que la UE debe poner recursos porque en parte de esta crisis también está provocada por las normas impuestas por la Comisión europea. No hay fábricas de elementos básicos de protección y esto ha sido como consecuencia de los tribunales de competencia que no lo han permitido. Seguro que hay gente que se sorprende de que no haya una fábrica de alcohol en España. A mí me ha sorprendido, pero era más fácil comprándoselo a otro país a un precio barato. Todo hay que discutirlo porque no podemos volver a afrontar una pandemia como esta con tan pocos medios.
-Hablando de pactos. La comisión de reconstrucción parece que se llevará al Congreso, una decisión que no les ha gustado, ¿lo ven como un peligro para que no estén las voces de los sindicatos no estén representadas?
-Nos hubiera gustado más una metodología donde pudiera haber más consenso político y social. Algunas de las cosas que queremos que se discutan deben tener una tendencia que vaya más allá de la legislatura: el cambio de modelo productivo, gastar más en investigación y desarrollo, dotar de elementos económicos y de flexibilidad a los proyectos de investigación y desarrollo... ¿Podríamos imaginarnos qué país tendríamos si no se hubieran hecho los recortes que se han hecho en investigación y si los científicos de este país tuvieran medios para trabajar? Somos una de las tres potencias del mundo que en estos momentos en relación con la vacuna del coronavirus. Creo que el homenaje a nuestros investigadores hay que hacerlo con políticas a medio plazo, que tengan valor en el conjunto del sistema productivo. Eso a nosotros nos conviene que cuente con el soporte de los partidos políticos en general, sobre todo aquellos que en algún momento están llamados a gobernar.
Más allá de este hecho, creemos que si la vía es el Parlamento, nos parece bien y ahí estaremos, pero a nosotros no nos representa nadie como organizaciones sindicales. Por tanto, queremos que se abra una mesa de diálogo social que en algún momento tendrá que confluir con el diálogo político para establecer este gran acuerdo de futuro.
-¿La interlocución con la patronal ha sido buena?
-Sí, ha sido buena. El acuerdo que luego fue al Ministerio tuvo como base el acuerdo con la patronal. En estos momentos continúa y espero que seamos capaces de remar en la misma dirección porque ahora se trata de conseguir que los puestos de trabajo se mantengan, que seamos capaces de generar empleo para las personas que han sido despedidas y que los cuatro millones de trabajadoras y trabajadores que están en ERTE puedan reintegrarse a trabajar. Para que eso sea posible hay que mantener las empresas. Hay un punto en el que tenemos que trabajar de manera conjunta.
-Otro tema que hemos visto mucho: el teletrabajo. De un día para otro han mandado a sus trabajadores a casa, pero esas casas son muy diferentes, a veces no tienen luz adecuada, espacio o incluso se han extendido esas jornadas digitales mucho más que ocho horas, ¿hay que acelerar la legislación sobre trabajo digital?
-Sin ningún lugar a dudas. El teletrabajo ha sido un elemento fundamental pero a la vez se ha visto que se ha hecho a costa de los trabajadoras y trabajadoras, utilizando medios propios, como la conexión o los aparatos. La jornada de trabajo se hace en algunos casos, como en el caso de la prensa, infinita. Creo que en ese sentido vamos a necesitar una ley que desarrrolle el teletrabajo, desde la desconexión digital hasta los medios para poder desarrollar el teletrabajo, incluido el lugar físico. También tiene que estar en los convenios colectivos.
-Este año insisten en un propósito ambicioso: la del cambio de modelo productivo. En una idea de la que se hablaba en la crisis de 2008, pero no se consiguió, ¿cree que esta crisis es el momento oportuno para llevarlo acabo?
-Sin ningún lugar a dudas. Si alguna cosa abre la puerta el coronavirus es a este cambio de modelo productivo. Tenemos tres elementos que me parecen fundamentales. El primero, España tiene que ganar peso industrial. El sector del turismo no puede tener un peso tan importante en nuestra económica. De hecho, si la caída del PIB en España se prevé más alta que en los países de nuestro entorno europeo, tiene que ver con esa dependencia que tenemos del turismo. No se trata de no tener turismo, pero sí de ganar calidad en el turismo y más peso en la industria.
En segundo lugar, la industria tiene una gran oportunidad. Si somos, como parece que será, uno de los países que primero salden de la situación de crisis, el mundo va a estar paralizado y vamos a poder mejorar en las exportaciones. Desde ese punto de vista hay una oportunidad.
En tercer lugar, hay que ir a una producción limpia y a una transición justa y ahora lo podemos hacer. Espero que tengamos recursos propios y de la UE, que espero que nos pueda acompañar en ese camino, con personal más formado, con más investigación y desarrollo. Creo que va a contar con más respaldo de la opinión pública porque la gente se ha dado cuenta de que esos discursos que hacemos tienen mucho que ver con el día a día a las personas.
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