Entrevista a Pepe Álvarez en el diario "El Comercio"

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez (Belmonte de Miranda, 1956), se sumó ayer a la concentración de los trabajadores de Lacasa, en protesta por los tres despidos que califican como «represalia sindical». Poco antes, tras una jornada maratoniana, la prórroga de los ERTE seguía en suspenso a pocos días de que finalice su vigencia.

–¿Qué falta para que se firme ese acuerdo?

–Después de las nueve horas de reunión del jueves tenemos que ser moderadamente optimistas. Nos falta que pasemos de propuestas, que suenan bien en una reunión, a verlas concretadas en esa misma línea en un papel. La definición de sectores, el punto más duro, quedaría suficientemente abierto para que las  empresas que estén indirectamente dentro uno de los sectores afectados puedan acogerse.

–¿Los sectores están bien atados entonces?

–Con el acuerdo van a estar todos los que estén relacionados con la covid-19. Con lo que hablamos el jueves, si queda bien plasmado, debería ser suficiente para que las empresas tengan la posibilidad de acogerse a los ERTE, y que no  haya límites. Solo sería más discutible el tema de las exoneraciones y es de lo que tenemos que terminar de hablar.

–O sea, hay acuerdo y les falta el papel.

–Por parte de las organizaciones sindicales está muy avanzado. Cuando acabó la reunión del jueves estábamos esperando la redacción. Es verdad que la CEOE no  tiene una posición tan clara como la nuestra, pero espero que vayamos limando asperezas. Es bueno que, aunque no haya acuerdo al 100%, si tienes un 90%, es un acuerdo. Hay que poner el acento ahí y no en los puntos discrepantes.

–¿Se derogará la reforma laboral esta legislatura?

–El Gobierno tiene que dejar de utilizar este tema con intereses electorales y de manera espúrea. Si quieren hacer derogación parcial  de los aspectos más lesivos, que nos digan cuáles son porque para nosotros lo son todos. Espero que se constituya en breve la mesa de negociación con la CEOE.

–Ya en Asturias, ¿cómo analiza la situación industrial actual?

–Es  muy alarmante, en Asturias no está habiendo una transición justa. El Estado tiene que ser plenamente consciente de que a Asturias no se la puede dejar colgada después de sacar de las profundidades de nuestras montañas el carbón y que eso haya servido de desarrollo a España, y ahora «si te he visto, no me acuerdo».

–¿Se ha acometido correctamente el cierre de las térmicas?

–No se tenía que haber hecho así. No es verdad que fuera necesario  para cumplir con las  normativas medioambientales europeas. Las empresas eléctricas tenían que haber invertido y podíamos haber continuado manteniendo durante un tiempo las centrales que están cerrando sin peligro de contaminación alguna. En paralelo es necesario una actividad alternativa y no cerrar y después decir qué vamos a hacer. Después pasan los años y te das cuenta de que no se hizo nada.

–¿Cómo debe frenar el Gobierno las deslocalizaciones?

–Hay empresas que han aprovechado de manera torticera la pandemia para deslocalizarse. Es el caso de  Alcoa, cuyo comportamiento es de una empresa golfa. El Estado tiene que reaccionar y, en este caso, declarar la producción de aluminio como un sector de interés general.

–¿Se movilizarán por el estatuto de electrointensivas?

–Ese estatuto es imprescindible.

Y se ha de hacer en condiciones que estén dentro del  marco europeo. Nosotros no podemos tener la energía más cara que en Alemania o Francia. Si no fuera por la pandemia ya estaríamos en proceso de movilizaciones pero si nos apuran mucho, incluso con ella tendremos que movilizarnos.

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