El Golpe de Estado perpetrado por el ejército en Myanmar supone un grave ataque al camino de reformas democráticas que el país asiático había emprendido en los últimos años.

Tanto el presidente Win Myint, como la consejera de Estado, la premio nobel de la paz Aung San Suu Kyi, han sido detenidos por los militares, con el objetivo de evitar la sesión inaugural del Parlamento, donde el partido de San Suu Kyi había obtenido en las elecciones de noviembre pasado una amplia mayoría. El ejército, que dispone de un 25% de escaños garantizados por la Constitución, ha decidido interrumpir de esta manera las normas democráticas a la vista de la aplastante mayoría que el partido NLD de Suu Kyi obtuvo.

El ejército también dispuso la interrupción de todas las comunicaciones en el país, demostrando la falta de apoyo popular con la.que.cuenta la.institucion liderada por el general Min Aung Hliang, quién ha sido acusado por Naciones Unidas por su responsabilidad en los crímenes cometidos en el país en el marco de la represión al pueblo rohinyá y otras minorías étnicas. Además, el general golpista es acusado de poseer negocios opacos vinculados a su posición en el ejército, lo que podría ser una de las principales causas del golpe.

Desde UGT enviamos nuestro apoyo y solidaridad  a las organizaciones sindicales y al conjunto del pueblo birmano, que ha dado pruebas claras en los últimos tiempos de su compromiso con la democracia. El ejército debe deponer su actitud golpista que solo pretender el mantenimiento de privilegios políticos y económicos para sus más destacados dirigentes.