UGT destaca los resultados excepcionales del empleo, por la reforma laboral
Crece el empleo, desciende el paro y la temporalidad se reduce a casi la mitad. UGT pide dar continuidad a las políticas de protección de derechos y abordar en la próxima legislatura la reforma de las causas y el coste del despido.
Fecha: 02 Ago 2023
El Servicio Público de Empleo (SEPE) ha publicado hoy los datos de paro registrado correspondientes al mes de julio, reflejando un nuevo aumento del empleo de 21.945 personas afiliadas a la Seguridad Social. De esta forma, la afiliación vuelve a situarse en máximos históricos, con una cifra media de 20.891.885 en julio, 550.921 personas afiliadas más que hace un año. Por su parte, el desempleo vuelve a descender por quinto mes consecutivo, reduciéndose en 10.968 personas paradas y contabilizando un total de 2.677.874, el dato más bajo desde 2008. Además, el paro juvenil, tras veintisiete meses consecutivos registrando descensos interanuales, marca un nuevo mínimo histórico con 184.038 jóvenes en desempleo.
Se trata del segundo mes consecutivo en el que se rebasan los 20,9 millones de trabajadores en la serie diaria. Estas cifras de afiliación se unen así a las registradas por la ocupación en la última EPA, que ha alcanzado por primera vez los 21 millones de personas ocupadas, y demuestran que la economía española se encuentra en uno de sus mejores momentos en cuanto a creación de empleo. Además, lo más relevante de esta dinámica es que la expansión del empleo se está realizando, gracias a la reforma laboral de 2021, a través del empleo de calidad: la temporalidad en la afiliación continúa registrando mínimos históricos, mientras que el contrato indefinido, que antes era prácticamente residual, ha pasado a ser una de las principales modalidades de contratación en las empresas.
Por ello, para UGT, los resultados que está obteniendo la reforma laboral son excepcionales. Antes de que entrara en vigor, la temporalidad ascendía al 30%, siendo aún más acuciada entre los jóvenes al situarse en el 53%; mientras que ahora, diecinueve meses después, el empleo temporal se ha asentado alrededor del 15%, reduciéndose hasta el 25% en el caso de la población más joven. Unos datos muy positivos, que están permitiendo que se cumpla con creces el que era el principal objetivo de la reforma, acabar con la excesiva temporalidad del mercado laboral, y que están teniendo una repercusión directa en la calidad de vida de las personas trabajadoras, que por fin han dejado de lado la precariedad e inestabilidad laboral propias del empleo temporal.
De hecho, así lo refleja la evolución de las estadísticas de contratación, en las que es posible observar el gran peso que ha ido adquiriendo la contratación indefinida, pasando en este tiempo del 8% al 40% del total de contratos firmados. En conjunto, los contratos indefinidos ascienden este mes a 566.440, de los que cuatro de cada diez contratos registrados son indefinidos a tiempo completo, la modalidad más estable de contratación. Unas cifras que, al fin y al cabo, se traducen en miles de personas trabajadoras que ahora, gracias a la reforma laboral, pueden disfrutar de la tranquilidad y seguridad necesarias para realizar satisfactoriamente sus proyectos de vida, sin la inquietud propia de no saber si serán o no renovados tras acabar sus contratos temporales.
Por tanto, para UGT, no hay duda de que la reforma laboral ha supuesto un antes y un después en el modo de entender las relaciones laborales en nuestro país, dejando a un lado la creencia de que la única manera de crecer es a través de precarización de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras. Y la mejor prueba de ello es el dinamismo y la solidez que está mostrando la economía española en este contexto internacional tan difícil, creciendo por encima de sus socios europeos y manteniendo bajo control los niveles de inflación. Por ello, ahora más que nunca, es el momento de dar continuidad a todas esas políticas en materia laboral que profundizan en la protección de derechos de la clase trabajadora y que se quedaron en el tintero de la anterior legislatura. Entre ellas, la necesaria reforma de las causas y el coste del despido, de forma que éste recupere el efecto disuasorio y de reparación del daño que nunca debió de haber perdido.