El sindicato señala que las elecciones del pasado domingo han sido un proceso ilegítimo

El 20 de noviembre se celebraron elecciones en Guinea Ecuatorial, un proceso totalmente anti-democrático e ilegitimo que solo sirvió para que el Gobierno de Teodoro Obiang (43 años en el cargo) se perpetúe una vez más en el poder. 

Las elecciones se celebraron después del encarcelamiento de uno de los principales líderes de la oposición, Gabriel Nsé Obiang, tras el asalto a la sede de su partido. La falta de información oficial no permite conocer con certeza, hasta el momento, el paradero y el estado de salud de Nsé Obiang. Aprovechando esta situación, Teodoro Obiang, quien mantiene un férreo control de todos los poderes, no dudo en adelantar las elecciones.

El partido Convergencia para la Democracia Social (CPDS) denunció una serie de irregularidades en las elecciones, entre ellas destacan el requerimiento de la carta del voto (elemento obligatorio para poder votar) a simpatizantes del CPDS, además de cambios arbitrarios en el lugar de las mesas electorales, impidiendo que los interventores de fuerzas opositoras pudieran vigilar el proceso. La CPDS anunció que si no se aclaraban estas anomalías no se reconocería a Obiang como el presidente legítimo.

Con casi la mitad del escrutinio realizado, los resultados no sorprenden a nadie. Las autoridades electorales alegan que casi el 100% (99.72% concretamente) de los votos fueron para Teodoro Obiang, tal como ha sucedido en cada cita electoral ecuatoguineana en las últimas décadas.

Sin embargo, la dictadura en Guinea Ecuatorial no se limita a la corrupción electoral, sino que, también, ejerce una feroz represión contra las voces disidentes, privando de libertad de expresión y de asociación al pueblo guineano y llegando incluso a utilizar la tortura contra prisioneros políticos como una práctica habitual, lo que configura un estado autoritario que viola, sistemáticamente, los Derechos Humanos.

La Unión General de Trabajadores y Trabajadoras condena esta nueva muestra de total autoritarismo del régimen de Obiang, quien es el jefe de estado que más años lleva desempeñando su cargo en todo el mundo. El sindicato exige una condena total por parte del gobierno de España y las instituciones europeas, que deben trabajar activamente para apoyar a las fuerzas democráticas del país africano.