UGT reclama un Pacto de Estado que revise en profundidad el modelo Sanitario
Fecha: 07 Abr 2021
• Es necesario un SNS universal, cohesionado, equitativo, gratuito, de calidad que sea innovador, eficiente e incorpore la perspectiva de género y recupere la centralidad de la prevención y la promoción de la salud.
• Debemos confeccionar un modelo con suficiencia presupuestaria que responda a desafíos como en envejecimiento de la población, el cambio climático o la irrupción tecnológica.
• Para ello es fundamental la cooperación y coordinación entre las CCAA, así como la coordinación entre los Servicios Sociales y los Servicios de Salud.
En el día Mundial de la Salud, la Unión General de Trabajadores quiere recalcar que nuestro sistema sanitario se denomina Sistema Nacional de Salud, una denominación que no es gratuita ya que pone de manifiesto la pretensión de ocuparse de la salud de las personas, y no solamente de prestar atención a las personas cuando enferman. De hecho, el artículo 43.1 de la Constitución Española dice textualmente que “Se reconoce el derecho a la protección de la salud”, por eso tenemos un Sistema Nacional de Salud y no de enfermedad, porque la salud es un valor que se ha de proteger.
Por ello, UGT defiende un Sistema Nacional de Salud (SNS) con valores y principios de universalidad, sólidamente cohesionado, equitativo, gratuito -en el momento del acceso a las prestaciones- de calidad, que sea innovador y proactivo, excelente y eficiente, con perspectiva de género y que cuide y promocione la salud de las personas a lo largo de toda la vida en todas sus esferas.
Después de una década de recortes en los presupuestos sanitarios, con un gran deterioro de nuestro Sistema Nacional de Salud, este se ha encontrado sin capacidad de respuesta y totalmente colapsado ante la grave situación pandémica que estamos sufriendo.
La pandemia mundial de COVID-19 ha aumentado la desigualdad entre las personas por la fragmentación de la Cartera de Servicios y la existencia de subsistemas privados de prestaciones sanitarias financiados con fondos públicos, por los copagos en el momento del acceso a las prestaciones, por el deterioro en los servicios de asistencia sanitaria y en los de Salud Pública, y por las listas de espera de todas las CC.AA.
Aumentado las desigualdades con la pandemia
El sindicato señala que el Sistema Nacional de Salud, es un instrumento público de solidaridad que ayuda a la redistribución de la renta, además de luchar contra las desigualdades entre las personas. El deterioro del mismo supone un aumento de la brecha social, la crisis económica, y ahora la pandemia ha empobrecido a amplios sectores de la ciudadanía, demostrándose que, donde se daban altas tasas de contagio la precariedad laboral estaba presente.
Los efectos del empobrecimiento y la vulnerabilidad en relación con la incidencia de las enfermedades y la mortalidad justifican sobradamente actuaciones de planificación sanitaria que den respuesta a esa realidad.
Además, el SNS es un motor para la creación de empleo y un generador de riqueza. Los servicios sanitarios, son servicios intensivos en personal, de modo que la dotación de profesionales es un factor decisivo para la calidad y la eficiencia de los mismos. La pérdida de miles de puestos de trabajo y la precarización de las condiciones de trabajo repercuten de forma negativa en la calidad asistencial, al disminuir el tiempo de dedicación de los profesionales a la atención a los usuarios.
El cierre de algunos centros, unidades o servicios en el SNS ha provocado un deterioro en la calidad de la asistencia, lo que se ha hecho evidente en el incremento de las listas de espera.
UGT advierte de que la prevención y la promoción de la salud, que se hacen efectivas en los servicios de Salud pública y Atención Primaria, han perdido peso en la estructura sanitaria en favor de un Sistema de Salud hospitalocentrista, situación que ha provocado un aumento muy importante de la presión asistencial en el nivel de Atención Especializada. Los hospitales y especialmente sus servicios de urgencia han sufrido las consecuencias.
Cooperación y coordinación
El sindicato señala que nuestro modelo sanitario descentralizado, ha hecho que el Ministerio de Sanidad haya perdido peso como unificador y planificador necesario de las políticas de salud, es el que debería liderar un SNS, gestionado por los Servicios de Salud de las diferentes Comunidades Autónomas. Ha habido y hay falta de cooperación y coordinación sanitaria interautonomica. Además, también resulta imprescindible en las Comunidades Autónomas. una buena coordinación permanente entre los Servicios Sociales y los Servicios de Salud, especialmente Atención Primaria, no en vano los determinantes sociales en la salud de la población son muy importantes.
Se ha demostrado que el entorno del trabajo es un vector de contagio, por lo que se debe actuar de forma inmediata para garantizar la salud de todos los trabajadores y trabajadoras independientemente del puesto de trabajo que ocupen. En este contexto, las mujeres se han visto seriamente afectadas por los efectos de la pandemia debido a que ocupan mayoritariamente puestos laborales de primera línea, por eso, la Salud Pública y la Salud Laboral deben ir de la mano para acabar con la pandemia de COVID-19.
Con respecto a la vacunación contra el a la COVID-19, UGT pide justicia y equidad, desde nuestro punto de vista deben considerarse como prioritarios todos aquellos colectivos de trabajadores considerados como esenciales, que ya expusieron su salud en los peores momentos de la pandemia, en los que había falta de equipos de protección individual. Hoy, la Estrategia Nacional de Vacunación no los incluye entre los grupos prioritarios de vacunación.
Pacto de Estado
Ante esta situación, la Unión General de Trabajadores reclama una vez más un Pacto de Estado, que realice una revisión del Modelo Sanitario, con suficiencia presupuestaria, que tenga en cuenta los determinantes sociales en relación con la salud. Un modelo que permita responder a los desafíos futuros relacionados con los cambios demográficos (envejecimiento de la población), con la emergencia climática, con la irrupción de la tecnología tomando en consideración la repercusión social que pueda tener al abrir una brecha digital en la población, con formación profesionalizada, adecuada con los resultados de la investigación, a los nuevos tratamientos de terapia avanzada, y con una gran participación social.