Un año después del anuncio del cierre de Nissan, los trabajadores siguen exigiendo una solución definitiva
Fecha: 28 May 2021
UGT-FICA exige un plan de reindustrialización que asegure el empleo industrial de las plantillas y la industria auxiliar
Hoy viernes, 28 de mayo, se cumple un año desde que la Dirección de Nissan anunciara el cierre de la planta de Barcelona, y los trabajadores y trabajadoras de Nissan siguen reclamando una solución industrial a largo plazo que asegure tanto el conjunto de los empleos de la actual plantilla de Nissan como de la industria auxiliar dependiente de la multinacional.
365 días después, el conflicto sigue activo y la plantilla mantiene su lucha por conseguir la reindustrialización de los centros de trabajo y por encontrar una alternativa al cierre de Nissan que dé solución también a proveedores y empresas subcontratadas.
Los trabajadores y trabajadoras de Nissan han demostrado a lo largo de este año su voluntad de diálogo para alcanzar una solución consensuada que permita garantizar la continuidad de la actividad de producción de la empresa en los centros de Zona Franca, Montcada i Rexach, Sant Andreu de la Barca a través de un plan de reindustrialización que suponga una solución definitiva. Sin embargo, poco se ha avanzado en este sentido y cada vez es mayor la preocupación de la plantilla por la falta de perspectivas de continuidad de la actividad industrial más allá del 31 de diciembre de 2021 y la consiguiente destrucción de miles de puestos de trabajo.
Desde la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT exigimos la puesta en marcha de un plan de reindustrialización que asegure la viabilidad del empleo industrial y evite la desertización industrial de las comarcas afectadas y el efecto dominó sobre el empleo en toda Catalunya.
Paralelamente, reclamamos a las distintas Administraciones su máxima implicación para hacer realidad la continuidad de un proyecto industrial sólido que garantice el empleo. La reindustrialización no puede esperar más y la movilización de hoy constituye una seria advertencia de que la paciencia de los trabajadores se está acabando y de que es hora de dejar las palabras a un lado y concretar las alternativas a la destrucción de 25.000 empleos.