El partido republicano del pueblo (CHP, por sus siglas en turco), formación de corte socialdemócrata, se ha alzado con la victoria electoral de las elecciones municipales en Turquía este domingo. Estos comicios suponen la primera gran derrota del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, que pese haber logrado ganar las elecciones generales el año pasado, ha sufrido el primer gran golpe en los 22 años que lleva en el poder como primer ministro o presidente.

La formación progresista no solo ha mantenido la alcaldía de las dos principales ciudades, Estambul y Ankara, sino que ha ganado en feudos tradicionalmente de derechas como Bursa, cuarta ciudad del país. En resumen, el AKP de Erdogan pasa del control de 38 municipios a 22, mientras que los socialdemócratas alcanzan los 36 superando con creces los 22 municipios donde consiguieron la alcaldía en 2019, un verdadero vuelco de poder en términos de política local. La ciudadanía turca y especialmente los trabajadores y trabajadoras responden así a la inflación que azota al país de forma severa y que ronda el 60%, castigando a los diferentes líderes caciquiles de AKP en vueltos en diversas corruptelas, y dando a estas elecciones un sentido plebiscitario contra Erdogan y su ultra conservadurismo justo cuando está comenzando su nuevo mandato presidencial. 

Esta victoria supone un aliento de esperanza para tantas organizaciones sindicales, defensoras de la democracia y los Derechos Humanos que se han visto perseguidos por Erdogan durante los últimos años. Según el informe de Derechos Humanos de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Turquía se encuentra entre los diez peores países del mundo en cuanto a derechos sindicales y calidad de la vida de las y los trabajadores se refiere. El Gobierno turco ha confiscado propiedades de los sindicatos, ha permitido que empresas extranjeras realicen prácticas antisindicales y ha criminalizado el derecho a huelga, condenado a quienes la secundan, entre otras prácticas ilegales. 

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) felicita a DISK, KESK, HAK-IS y TURK-IS, organizaciones sindicales turcas defensoras de los legítimos derechos de la clase trabajadora del país. Asimismo, pone en valor el avance de las fuerzas progresistas y por el vuelco de la hegemonía política de Erdogan, quien a través del control de instituciones y medios locales, regionales y estatales ha afianzado su poder con prácticas antidemocráticas. La Turquía libre y laica que fue el referente de modernidad y democracia del mundo musulmán durante muchas décadas ha conseguido un gran logro. El modelo de la fundación de la República de Turquía, que celebró el año pasado su centenario sigue siendo muy necesario en este momento de retorno y fortalecimiento del conservadurismo y autoritarismo a nivel global.